La afirmación que asegura que si una parte significativa de las transacciones y los ahorros en Argentina se mueve hacia stablecoins, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) perdería control sobre la masa monetaria y la demanda de pesos, debilitando así su política monetaria, es ampliamente respaldada por la teoría económica y la experiencia de bancos centrales en economías emergentes.
Dolarización Digital y Pérdida de Señoreaje
Cuando los ciudadanos y las empresas optan por mantener su atesoramiento y realizar transacciones en stablecoins vinculadas a una moneda extranjera fuerte (como el dólar), se produce un fenómeno conocido como dolarización digital o sustitución de moneda. Esta “sustitución” no implica que el dinero físico abandone el país, sino que la demanda por la moneda nacional (el peso argentino en este caso) disminuye drásticamente. Si el peso deja de ser la principal unidad de cuenta, medio de pago y reserva de valor, el BCRA pierde su capacidad de generar ingresos a través de la emisión monetaria, impactando directamente en las finanzas públicas (Berg & Borensztein, 2000).
Debilitamiento de los Canales de Transmisión de la Política Monetaria
Las herramientas tradicionales de política monetaria del BCRA (como las tasas de interés, las operaciones de mercado abierto y los requisitos de reserva) operan fundamentalmente a través del control de la oferta y demanda de pesos en el sistema financiero local. Si la mayoría de los ahorros y créditos se denominan en stablecoins, las tasas de interés fijadas por el BCRA para los pesos tendrán un impacto limitado. Por ejemplo, un aumento en las tasas de interés en pesos diseñado para frenar la inflación podría ser evadido por aquellos que ya operan en stablecoins, reduciendo su efectividad.
Cuando los ciudadanos y las empresas optan por mantener su atesoramiento y realizar transacciones en stablecoins vinculadas a una moneda extranjera fuerte (como el dólar), se produce un fenómeno conocido como dolarización digital o sustitución de moneda
Si las stablecoins se convierten en un medio de intercambio y una reserva de valor significativos, el BCRA pierde la capacidad de monitorear y controlar la liquidez real de la economía, ya que una parte importante de esta liquidez estaría fuera de su jurisdicción directa. Estudios del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco de Pagos Internacionales (BIS) han alertado sobre cómo la adopción generalizada de criptoactivos, incluidas las stablecoins, puede socavar la capacidad de los bancos centrales para llevar a cabo su política monetaria (BIS, 2022). En economías con alta inflación y volatilidad cambiaria, las stablecoins actúan como un refugio de valor, acelerando la huida del peso y ejerciendo una presión adicional sobre el tipo de cambio.
Una menor demanda de pesos se traduce en una presión devaluatoria constante sobre la moneda nacional. Esto dificulta enormemente los esfuerzos del BCRA por estabilizar el tipo de cambio y controlar la inflación, ya que las expectativas de devaluación se refuerzan y se retroalimentan. La gente prefiere stablecoins para preservar su poder adquisitivo frente a la depreciación del peso (Otero Iglesias & Oliver Llorente, 2022). Si bien las stablecoins buscan estabilidad, su respaldo y transparencia pueden ser cuestionables. Un colapso o un evento de inestabilidad en el mercado de stablecoins (como el de Terra/Luna en 2022) podría generar un contagio al sistema financiero tradicional, poniendo en riesgo la estabilidad que el BCRA busca salvaguardar (BCRA, Informe de Estabilidad Financiera, 2024).
El carácter global y descentralizado de muchas stablecoins complica la capacidad regulatoria de los bancos centrales, especialmente en países con controles de capital.
● Evasión de Controles de Capital: Las stablecoins permiten a los individuos y empresas eludir los controles cambiarios impuestos por el BCRA, facilitando la salida de capitales de manera no registrada. Esto frustra los objetivos de las políticas destinadas a proteger las reservas internacionales y estabilizar la balanza de pagos.
● Soberanía Monetaria: En última instancia, el uso generalizado de stablecoins cuestiona la soberanía monetaria de un país. La capacidad de un banco central para controlar su propia moneda es un pilar fundamental de su independencia y de su capacidad para implementar políticas que respondan a las necesidades económicas nacionales. Si una moneda extranjera digital domina el panorama transaccional, la política económica del país queda, en parte, a merced de las condiciones económicas del país emisor de la stablecoin (ECB, 2025).
Conclusión
En un contexto como el argentino, donde la desconfianza en la moneda local es elevada, la adopción masiva de stablecoins exacerba los desafíos existentes para el BCRA, limitando su influencia sobre variables clave como la inflación, el tipo de cambio y la masa monetaria.
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