En una decisión que llamó la atención de la opinión pública mundial, aunque había sido parte de una promesa de campaña, la coalición de gobierno italiana presentó la semana pasada su renta de ciudadanía y una moratoria previsional que busca incluir en el sistema de seguridad social a millones de personas. «Este gobierno cumple sus promesas», declaró Giuseppe Conte acompañado por Matteo Salvini y Luigi Di Maio del Movimiento Cinco Estrellas.
A través de dos decretos se creó la renta de ciudadanía y se reduce la edad de jubilación a partir de los 62 años, ambas políticas públicas serán efectivas a partir del 1 de abril. Según Di Maio está decisión funda un nuevo «Estado de Bienestar», lo cierto es que mientras el Fondo Monetario Internacional recomienda a los países aumentar la edad jubilatoria la decisión italiana pareciera ir a contramano de las recomendaciones de los economistas ortodoxos.
A través de dos decretos se creó la renta de ciudadanía y se reduce la edad de jubilación a partir de los 62 años, ambas políticas públicas serán efectivas a partir del 1 de abril. Según Di Maio está decisión funda un nuevo «Estado de Bienestar»
“Este es un proyecto que concierne a cinco millones de personas que están en situación de pobreza y a un millón de personas que podrán jubilarse en el próximo trienio”, afirmó Conte en la presentación. La renta de ciudadanía consistirá en una erogación mensual para desempleados que va desde los 780 a 1330 euros dependiendo del núcleo familiar. Los requisitos es que sean italianos con al menos 10 años de ciudadanía y los dos anteriores con residencia continuada y cuyo último sueldo anual no supere los 9000 euros aproximadamente. La prestación se recibirá por 18 meses en los cuáles la persona podrá rechazar hasta un máximo de tres empleos, el primero hasta 100 kilómetros de distancia, el segundo hasta 250 y el tercero puede ser en todo el país. Una vez rechazados los tres empleos la persona perderá la prestación. Esta última condición es la que la diferencia de la renta básica universal y la asemeja más a un seguro de desempleo. Sin embargo también puede pensarse como un primer paso para la implementación de una renta que involucre una mayor cantidad de personas, por caso: quiénes tengan un bebé durante tres años, quiénes quieran estudiar una carrera universitaria o cientos de condiciones en las que entraría cada vez más gente. La segunda medida del decreto adelanta la posibilidad de jubilarse antes con la condición de tener unos 38 años trabajados.
Los requisitos es que sean italianos con al menos 10 años de ciudadanía y los dos anteriores con residencia continuada y cuyo último sueldo anual no supere los 9000 euros aproximadamente.
De todas maneras se calcula que el efecto más importante que estas dos medidas van a tener va a ser en términos redistributivos y sobretodo en materia de consumo. Economistas cercanos a la coalición gobernante creen que estas 6 millones de personas con capacidad de consumo generarán un círculo virtuoso en la economía que permitirán a Italia salir del atolladero económico en el que está hace varios años. En la Argentina, la implementación de políticas como la Asignación Universal por Hijo han tenido un efecto reactivador de la economía a través de la ampliación de consumidores.
Es músico y escritor. Se me ha perdido una canción (2011), Mis canciones (2014) y Seré canción entonces… (2018) son sus tres discos. Ha publicado también la novela Una tumba sin nombre (2012) y el ensayo Renta Básica Universal: Por qué y cómo terminar para siempre con la pobreza. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación (Universidad Austral, Argentina), Master en Acción Política y Participación Ciudadana (Universidad del Rey Juan Carlos, España) y Diplomado en Gestión Pública (Instituto Tecnológico de Monterrey, México). Es fundador, director y editor de la Revista Algoritmo.
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