Desde hace tiempo se habla de cómo los autos autónomos van a cambiar la logística y la movilidad de todo el mundo haciendo más eficiente el tráfico y el desplazamiento de los bienes y las personas, sin embargo, cuánto más se acerca el momento, más dudas surgen respecto a la seguridad personal que puedan brindar.
Los primeros autos autónomos fueron bocetados en una especie de Scalextric es decir, anclados en soportes metálicos en el suelo y corriendo a través de esos carriles, el primero fue presentado en 1939 por General Motors. Esa idea no prosperó pero con el tiempo y sobretodo con internet cada día crece más la posibilidad de viajar en autos sin manejarlos. Ya conocemos los prototipos de Google que obtuvieron su primera licencia por parte del Estado de Nevada en el año 2012 y ya transitan por ejemplo, en la ciudad de Chandler, en el Estado de Arizona y aunque el área de prueba es de 260 km cuadrados ya están planeando expandirla más.
Los autos se basan en cámaras de video, sensores de radar, rayos láser, y una base de datos de la información recogida de los vehículos conducidos manualmente, en definitiva es un algoritmo el que toma las decisiones de manejo, ese algoritmo está alimentado por diferentes fuentes de información y toma decisiones basándose en esos datos, a veces en poquísimo tiempo.
Pongamos un clásico caso, hagamos de cuenta que una niña pequeña va en un auto autónomo y se cruzan por la carretera 3 niños pequeños jugando… ¿Qué debería hacer el auto? La mayor parte de las personas opinaría que debería desviarse y chocar (sino hubiese otra opción) para salvar a los niños aunque en esa decisión matara a su pequeña e inocente ocupante. ¿Qué pasaría si esa niña fuera tu hija?, ¿Comprarías un auto autónomo?
Ya conocemos los prototipos que Google obtuvieron su primera licencia por parte del Estado de Nevada en el año 2012 y ya transitan por ejemplo, en la ciudad de Chandler, en el Estado de Arizona y aunque el área de prueba es de 260 km cuadrados ya están planeando expandirla más.
Esta clase de paradojas morales son las que están discutiendo en el mundo respecto a dejar nuestros destino en manos de un algoritmo que, basándose en la «inteligencia colectiva» decida sobre la vida y la muerte de las personas. En el fondo, cada día que pasa vamos dejando decisiones cotidianas en manos de esa «inteligencia colectiva» por ejemplo, cuando le preguntamos a Google Map por qué camino deberíamos transitar para hacerlo más eficientemente.
El Instituto Tecnológico de Massachusetts, el afamado MIT, lanzó una web llamado «Moral Machine» para que ejercites tu juicio moral con el caso de los autos autónomos y elijas a quién matarías en diferentes situaciones. Una vez completado el test, te dará resultados sobre a a quiénes decidiste matar proporcionalmente. Aquí podés hacerlo.
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