En estas semanas el Presidente Joe Biden y Xi Jinping han impulsado múltiples y diversas políticas públicas y regulaciones preocupados por la creciente desigualdad que ha profundizado la pandemia. Ambos visualizan la misma encrucijada: el vector del desarrollo tecnológico pareciera necesitar que los estados intervengan para evitar que los datos, que se concentran demasiado en grandes compañías, no profundicen la brecha entre los propietarios de las tecnologías y el resto de las personas. Hace poco Joe Biden respondía a las quejas sobre la falta de trabajadores con la frase: «Páguenles más» y Xi Jinping en su discurso aniversario del Partido Comunista de China habló de impulsar una «prosperidad compartida».
En el caso de Biden ha presentado una importante reforma fiscal que busca bajarle los impuestos a las clases medias – a quiénes Biden llama la columna vertebral del país – y subir los impuestos a los más ricos. Este último punto cambia la tendencia impulsada por Donald Trump y se hace eco del debate de las últimas semanas acerca de cómo los ricos – por la forma en la que están hechos los impuestos o cómo ellos estructuran su patrimonio – pagan impuestos más bajos que los más pobres. Las propuestas de Biden se complementan también con el Child Tax Credit – una transferencia directa a los padres para ayudarlos en la crianza de cada hijo – y con mejoramientos en el sistema público de salud Medicare.
Ambos visualizan la misma encrucijada: el vector del desarrollo tecnológico pareciera necesitar que los estados intervengan para evitar que los datos, que se concentran demasiado en grandes compañías, no profundicen la brecha entre los propietarios de las tecnologías y el resto de las personas.
De la misma forma el presidente chino Xi JingPing se ha expresado pidiendo a los ricos que ayuden a reducir la desigualdad social. Algunos de los temas enfocados son la necesidad de una mayor equidad educativa y una mayor regulación de las empresas tecnológicas. Este último punto a causado fuertes encontronazos entre el ejecutivo y las grandes compañías que han visto caer su valor de forma significativa en este último tiempo precisamente por eso. Sin dudas el mundo entero promete empezar a discutir una vez superada la pandemia la forma a través de la cual se está distribuyendo la riqueza a nivel mundial en un mundo de plataformas tecnológicas, empleos deslocalizados y la creciente automatización y la robotización que se viene como una ola imparable.
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