Un nuevo estudio, esta vez relacionado con la cantidad de tiempo que pasan los jóvenes conectados a su celular demuestra que desde 2012 los índices de depresión y ansiedad se dispararon. El estudio, realizado por Jean Twenge de la Universidad Estatal de San Diego sostiene que cuánto más tiempo los chicos pasan conectados a su celular, más infelices son. Este estudio basado en una encuesta realizada sobre un millón de jóvenes en Estados Unidos pone el límite en una o dos horas diarias de uso. Tampoco es bueno, dice la encuesta, estar aislado completamente. Sin embargo, los jóvenes que pasan más de dos horas diarias conectados experimentan más infelicidad.
Hace poco menos de un año un interesante estudio en Inglaterra sobre 1500 jóvenes británicos encuestados por la Real Sociedad para la Salud Pública (RSPH) nos mostró que a excepción de Youtube – que contribuiría a expresarse, desarrollar la creatividad y combatir el bullying – el resto de las redes sociales causarían depresión y ansiedad. El ranking en sentido descendente incluí a Twitter, Snapchat y Facebook. La peor, era Instagram.
El estudio, realizado por Jean Twenge de la Universidad Estatal de San Diego sostiene que cuánto más tiempo los chicos pasan conectados a su celular, más infelices son.
Algunas de las conclusiones indican que podría explicarse en que Instagram favorece la construcción de un mundo distorsionado por el uso de filtros y el efecto que pueden tener sobre la autoestima de aquellos jóvenes que no logran que esa percepción se iguale con las imágenes, especialmente las referidas a su propio cuerpo. La superficialidad y la ostentación que imperan en la red social favorecerían los sentimientos de envidia y descontento con la propia vida. Estas sensaciones habrían llevado a Instagram a poner información específica diferenciada cuando uno pone «Suicidio» en el buscador.
En los últimos 25 años diferentes estudios de salud pública indican que en Inglaterra o Estados Unidos la ansiedad ha subido en el orden del 70 por ciento. Este nuevo estudio viene a confirmar lo mismo en los jóvenes desde el 2012 para acá. Si a esto sumamos el crecimiento exponencial que está teniendo el suicidio adolescente en el mundo- 1 cada 40 segundos, unas 800.000 muertes anuales – el panorama es preocupante.
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