Kivalina es el nombre de una ciudad del estado de Alaska que desaparecerá muy pronto a causa de la subida del nivel del mar a causa del cambio climático. Según el censo del año 2010 viven en ella unos 374 habitantes – la gran mayoría nativo americanos de la tribu Inuit – y tiene una superficie total de un poco más de 10 kilómetros cuadrados. Se cree que en menos de 5 o 6 años estará bajo el agua, según el cuerpo de ingenieros del ejército de Estados Unidos en el 2025 la ciudad será inhabitable. Según el gobierno reubicar a los 400 habitantes puede costar unos 400 millones de dólares, la mayor parte de ese presupuesto en la construcción de infraestructuras: rutas, escuelas, casas, etc.
El líder del Consejo de Kivalina, Collen Swan ha afirmado: «El gobierno de Estados Unidos nos ha impuesto este estilo de vida occidental, nos ha dado sus cargas y ahora espera que recojamos nuestras cosas y nos mudemos». Los inviernos cada vez son más cortos y empiezan más tarde y hace algunos años el pueblo intentó una demanda colectiva contra las empresas petroleras, por ahora no han conseguido que prospere.
Según el gobierno reubicar a los 400 habitantes puede costar unos 400 millones de dólares, la mayor parte de ese presupuesto en la construcción de infraestructuras: rutas, escuelas, casas, etc.
En el caso de Alaska el impacto que el calentamiento global está teniendo es dos veces que en el resto de Estados Unidos. El derretimiento de los hielos llevan a un aumento considerable del nivel del mar y ya son más de ocho los asentamientos inuits que han sido destruidos. El estado tiene una paradoja inmensa: es un enorme campo de extracción de petróleo – el 90 por ciento de los ingresos del estado provienen del petróleo – y sufre también sus consecuencias. Para entender la importancia de la extracción petrolera sus habitantes reciben todos los años un monto de dólares – de un Fondo público similar al Noruego – que oscila entre los 700 y los 2500 en compensación por los recursos naturales que tiene el estado. Esta política pública es una de las más parecidas a la Renta Básica Universal que hay activas en el mundo.
Los habitantes del pueblo no tienen ninguna solución definitiva a la vista. Se ha presupuestado unos 55 millones de dólares a los efectos de construir un carretera para evacuar a sus habitantes. Hoy, la única forma de llegar a Kivalina es en avioneta o en barco sólo entre junio y octubre.
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