“Dormía y soñaba que la vida era alegría,
desperté y vi que la vida era servicio,
serví y vi que el servicio era alegría”
Rabindranath Tagore
La humanidad vive tiempos difíciles: es momento de hacer un alto y mirar al prójimo y preguntarnos qué es lo que podemos hacer por el otro. Y lo mejor que podemos hacer el por el prójimo es cuidarnos a nosotros mismos. Nunca fue tan evidente, como ahora, que las fronteras con los otros en realidad no existen y que, si estamos aislados, para evitar el contagio de la pandemia por el Coronavirus, estamos todos más cerca que nunca, para buscar la cura y preservarnos de esta enfermedad. Nunca en ninguna época de la humanidad fue tan esencial mirar al otro y desearle el bien.
El desafío es aún mayor para el pueblo argentino. Veníamos de una crisis económica y el pueblo expresó su voluntad de cambio por la vía democrática, a finales del 2019, votando mayoritariamente por una nueva opción de gobierno. Fue un momento efímero de esperanza, que se oscureció con la llegada de la pandemia. Ahora, la historia, nos coloca, como a la mayoría de la humanidad, en una situación extrema de emergencia sanitaria en la que se busca resguardar el más elevado valor humano: la vida misma. Es el tiempo de la unidad en que ninguna ideología puede condicionar la buena fe del pueblo. Es el tiempo en que debe desaparecer La Grieta. Es el tiempo de mirar lo esencial, de cuidarnos a nosotros mismos, a nuestros seres queridos y
al prójimo. En cada lugar, sea pequeño o grande, en que una argentina o argentino está en aislamiento, habita la esperanza.
Nunca en ninguna época de la humanidad fue tan esencial mirar al otro y desearle el bien.
El diccionario de la Real Academia Española nos dice que heroína o héroe es la persona que realiza una acción muy abnegada en beneficio de una causa noble. Que mayor abnegación que quedarse en aislamiento en la casa para preservar mi salud y preservar la de los demás, sacrificando las costumbres y la cotidianeidad. Esta pequeña gran batalla, que está librando el pueblo argentino en todos los lugares del país, es la mayor riqueza que puede tener una nación, un enorme abrazo colectivo, la esperanza misma; esta batalla seguirá construyendo, paso a paso, el destino elevado que tenemos como nación.
Es el tiempo también, de los otros héroes, que están luchando cara a cara con la enfermedad: las enfermeras, los médicos, el personal sanitario, las voluntarias y voluntarios por todo el país; y también de los que aseguran el abastecimiento de la comida y de los servicios públicos y de los obreros, empleados y profesionales y de todos los demás. Los argentinos somos un pueblo cálido y luchador, por eso a las 9 de la noche, por todos los rincones del país se escuchan voces, muchas voces, todas las voces; se escuchan cantos y el himno nacional; y la unión de muchas manos, millones de manos que aplauden: es el canto de la esperanza.
Vicepresidente de la Empresa Argentina de Navegación Aérea. Fue Director Ejecutivo en Pami, se ha desempeñado también como Subsecretario de Gobierno de la Municipalidad de San Miguel y Consultor en temas de políticas públicas de Salud.
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