Uruguay otorgó a fin del año pasado las primeras pensiones reparatorias para su población transgénero como lo indica su vanguardista Ley 19684, conocida como Ley Trans. La normativa recorrió un largo camino para hacerse efectiva. En primer lugar fue sancionada en el 2018 y reglamentada en mayo del 2019 aunque tuvo una fuerte oposición y hasta un referendúm para intentar derogarla que fracasó en agosto del año pasado. Recién a fines del 2019 se empezaron a pagar las primeras 30 pensiones reparatorias de unos 12.400 pesos uruguayos – unos 333 dólares – a cada uno de los beneficiarios indicados por una Comisión Especial Reparatoria unos meses atrás.
El artículo 10 de la ley dice claramente: “las personas trans nacidas con anterioridad al 31 de diciembre de 1975, que acrediten en forma fehaciente que por causas relacionadas a su identidad de género, fueron víctimas de violencia institucional o privadas de su libertad, habiendo sufrido daño moral o físico, así como impedidas del ejercicio pleno de los derechos de la libre circulación, acceso al trabajo y estudio, debido a prácticas discriminatorias cometidas por parte de agentes del Estado”. Todas las estadísticas a nivel mundial de la población transgénero son contundentes, según la prestigiosa revista The Lancet hay unos 25 millones de personas en el mundo que no se identifican con su sexo biológico y el 60 % de ellas sufren depresión por el estigma y el rechazo social. Si bien hay cierto debate acerca de la rigurosidad de algunos estudios se afirma frecuentemente que la esperanza de vida de las personas trans en América Latina es de 35 años.
La ley Trans fue sancionada en el 2018 y reglamentada en mayo del 2019 aunque tuvo una fuerte oposición y hasta un referendúm para intentar derogarla que fracasó en agosto del año pasado.
Las discusiones acerca de los derechos de las personas trans están generando un gran debate a nivel mundial, especialmente en el deporte. Sin dudas Uruguay se pone a la avanzada – como con la legalización de la marihuana – y muestra una sociedad sabia y tolerante dispuesta a aceptar al diferente. A partir de ahora la población trans deberá ser considerada en los estudios demográficos oficiales, el acceso a los estudios garantizados a través de becas, el cambio de nombre de la documentación oficial y un cupo de 1 % de los trabajadores estatales. Desde el punto de vista del derecho a la salud serán garantizados procedimientos quirúrgicos y hormonizaciones requeridas.
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