En horario central de los noticieros el Presidente francés Emmanuel Macron ha decidido anunciar a toda la sociedad francesa lo que representa una clara concesión a las protestas que hace algunas semanas encabezan los llamados «Chalecos Amarillos». El nombre proviene de la prenda que los automovilistas franceses tienen que usar obligatoriamente por si tienen algún accidente en la vía pública y que se transformó en la prenda identificatoria de quiénes comenzaron protestando contra la suba de combustibles y que, a pesar del retroceso del ejecutivo francés a esa medida, siguen protestando con otras demandas que incluso incluyen la renuncia del presidente.
La primera reacción de Macron fue soberbia e intempestiva. No dimensionó el tamaño de la protesta ni la fragilidad del vínculo que tiene con la sociedad francesa y que lo han puesto al borde de una grave crisis política. En estas semanas tuvo que retroceder al aumento de los combustibles y ahora conceder medidas que apuntan a fomentar el consumo como el aumento del salario mínimo, la eliminación de impuestos a las jubilaciones y otras medidas sociales tendientes a quitarse el mote de «Presidente de los ricos» que se ha encajado en la sociedad francesa a causa de algunas polémicas medidas tomadas en esta primera mitad de su gobierno como eliminar impuestos a las grandes riquezas.
En horario central de los noticieros el Presidente francés Emmanuel Macron ha decidido anunciar a toda la sociedad francesa lo que representa una clara concesión a las protestas que hace algunas semanas encabezan los llamados «Chalecos Amarillos»
Sectores críticos a Macron afirman que ha elegido gobernar con tecnócratas jóvenes y sin experiencia política – como su primer ministro Edouard Phillipe – desdeñando a los políticos de los partidos políticos tradicionales y que eso ha sido el origen de su larga serie de desatinos que van minando la confianza pública en su presidencia. Las voces que piden su renuncia son cada vez mayores y veremos si alcanza con esta serie de medidas para relanzar su gobierno. La situación es sumamente grave.
En estas semanas tuvo que retroceder al aumento de los combustibles y ahora conceder medidas que apuntan a fomentar el consumo como el aumento del salario mínimo, la eliminación de impuestos a las jubilaciones y otras medidas sociales tendientes a quitarse el mote de «Presidente de los ricos».
Si bien parecía que el presidente francés podía encabezar y conducir el nuevo proceso europeo después de la retirada de Angela Merkel este sector queda sin liderazgo y Europa entregada al populismo de derecha que sigue creciendo en países como España y encuentra su centro de poder en Italia. Veremos si el movimiento Diem25 se consigue articular de cara a las elecciones europeas del próximo año, pero por ahora el futuro de la Unión Europea se encuentra seriamente comprometido.
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