El tema Monedas digitales FMI es una relación compleja. Si bien hace algunos meses había tenido alguna declaración en esa dirección la Presidenta del Fondo Monetario Internacional Kristalina Giorgeva afirmó que buscan constituir una plataforma global para la gestión de monedas digitales emitidas por los bancos centrales de cada país que a su vez sean interoperables entre sí. Las CBDC Central Bank Digital Currencies ya están siendo estudiadas por casi 100 bancos centrales en todo el mundo. Algunos países como Nigeria o Zimbabwe ya tienen proyectos funcionando aunque la más conocida de todas es nada más y nada menos que el Yuan Digital.
La relación monedas Digitales – FMI no ha estado exenta de polémicas siendo que las funciones fundamentales del organismo son según su página web «promover la estabilidad macroeconómica y financiera mundial y brindar» asesoramiento sobre política económica y respaldo para el desarrollo de las capacidades para ayudar a los países a que construyan y mantengan una economía sólida». En el fondo el peso que el dolar tiene como moneda de intercambio global es un punto central del rol del organismo y la aparición de monedas digitales puede representar una seria amenaza a ese reinado.
Las CBDC Central Bank Digital Currencies ya están siendo estudiadas por casi 100 bancos centrales en todo el mundo. Algunos países como Nigeria o Zimbabwe ya tienen proyectos funcionando aunque la más conocida de todas es nada más y nada menos que el Yuan Digital.
La intención detrás de esta movida es diluir el efecto que las criptomonedas privadas (Bitcoin, Ethereum, etc) están teniendo en la economía global y ofrecer una alternativa estable. La idea también es participar de un debate o diseño que hoy se está circunscribiendo a los estados nacionales y habilitar un espacio de diálogo que conciba propuestas interoperables entre sí y que den pistas para poner en común toda la investigación e innovación que algunos bancos centrales vienen explorando en estos años. Se busca constituir un marco de desarrollo que garantice la interoperabilidad de esas monedas de forma de dotar al mundo de un nuevo sistema financiero.
Todo esto puede tener un impacto directo en el ecosistema bancario y su funcionamiento y se supone que el rol del Fondo también tiene que ver con esa estabilidad. Ya hay unos 114 países en todo el mundo con proyecto y unos 10 que ya tienen una moneda digital desarrollada. El FMI piensa que un nuevo ecosistema transaccional podría bajar los costos de las remesas – cuyo costo hoy supera los 44.000 millones de dólares – y mejorar la inclusión financiera global.
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