En estos días escuchamos por todos lados que el Presidente Macri es un neofeminista, el más impensado – como lo denominó Fabiana Túñez – o el sorprendente Macri según algunos periodistas.
A mi no me molesta que alguien cambie su parecer en una dirección que considero correcta, lo celebro. Así como me interesó Kirchner cuando impulsó la política de derechos humanos a pesar de no que no tenía ninguna trayectoria específica en el tema. A mi no me interesa si en el pasado Macri decía que estaba bien el piropo, o si su gobierno tenía (y tiene) apenas el 14 por ciento de los cargos ocupados por mujeres (Esperemos que su nueva etapa feminista ahora cambie esto). Yo lo que quiero es que Macri se vuelva feminista y para eso, hace falta hacerle algunas sugerencias para él y para su gobierno, para que puedan volverse un gobierno feminista y podamos ganar todos, incluso los que no los votamos nunca.
A mi no me interesa si en el pasado Macri decía que estaba bien el piropo, o si su gobierno tenía (y tiene) apenas el 14 por ciento de los cargos ocupados por mujeres (esperemos que su nueva etapa feminista ahora cambie esto).
Se presentó ayer mismo un pretendido proyecto sobre «Igualdad Salarial» en sintonía con otros proyectos de ley ya presentados y en concordancia con lo que se está discutiendo en el mundo. Sin embargo, el proyecto presentado por el gobierno no sirve practicamente para nada. No se entiende francamente lo que quisieron hacer más allá de declaraciones (ya contempladas en la Ley de Contrato de trabajo y en la Constitución Nacional) y las implicancias son muy pocas. Quisiera hacerle algunas recomendaciones a los diputados para incorporar al proyecto:
- Probablemente lo único interesante del proyecto sea la de extender la licencia de paternidad por dos semanas. En principio, es poco. Más razonable pareciera replicar lo que está sucediendo en el mundo y pensar en extender la licencia por maternidad a 98 días, la de paternidad a 30 y crear una licencia universal familiar de 60 días, que se pueda dividir y compartir entre ambos progenitores, con efectivos incentivos para que los varones participen en la crianza de forma activa.
- Dejar de hablar de mujeres que no aportaron. Esto es abiertamente discriminatorio por dos razones: 1) pone la culpa de la evasión impositiva empresaria en la trabajadora, 2) no reconoce los trabajos no remunerados como el cuidado de personas como trabajo. La inclusión jubilatoria de las amas de casa fue una contundente medida de reparación histórica que reconoce lo que todos sabemos: que nuestras mujeres trabajaron, se rompieron el lomo, en sus casas y fuera de sus casas. Es muy común que las mujeres dejen de aportar con hijos chicos y es una injusticia que la sociedad no les reconozca esto. Por otro lado (y esto revela la profunda ignorancia acerca del Sistema de Seguridad Social de muchos funcionarios) el financiamiento del sistema sólo recibe la mitad de sus recursos de los impuestos laborales por lo que cualquier pagador de IVA aporta de forma sustantiva al sistema.
- Si bien crea en el marco del ministerio de trabajo un Registro de Empresas y organizaciones con paridad Salarial no determina ningún tipo de incentivo ni sanción más que la supuesta obligación de hacerlo para empresas de más de 200 empleados. En Islandia, la obligación es para empresas de más de 25 (la mayoría de los trabajadores están en Pymes que no llegan a 200 empleados), la reglamentación podrían determinar por ejemplo dar efectivos descuentos impositivos a quiénes demuestren feacientemente igualdad salarial en sus plantillas o multas a quiénes no la demuestren en un plazo determinado y a quiénes incumplan la igualdad salarial.
- Incorporar el uso del Programa Logib u otro tipo de Algoritmo diseñado por el Ministerio en el marco de la liquidación de sueldos, como utilizan Suiza, Alemania y Luxemburgo u otras empresas como Google y que, permite ver dónde se podrían estar produciendo desigualdades de género.
- Imitar la Ley de “Transparencia Salarial” recientemente sancionada en Alemania que permite a las mujeres conocer el salario de sus colegas hombres (un promedio de varios que realicen la misma tarea) en perfecto anonimato a través de un reclamo jurídico. El proyecto del gobierno las obliga a ellas mismas a exigir recibos de sueldo de compañeros hombres (?). También se podría incorporar la obligación de reparar no sólo a la mujer que hace la denuncia sino a todas las mujeres del mismo entorno laboral que la hayan sufrido en un plazo determinado.
- Reglamentar de una vez el artículo 179 (Desde 1974 sin reglamentación!!!) de la Ley de Contrato de trabajo que exige a las empresas que dispongan de salas maternales y guarderías modificando el artículo que habla de «trabajadoras» haciéndolo obligatorio a una cantidad determinada de trabajadores hombres también. De esta forma sacamos la carga del cuidado de los hijos como responsabilidad exclusiva de las mujeres y profesionalizamos el cuidado de las personas.
Estas son apenas algunas ideas muy básicas que ojalá puedan ser incorporadas a la discusión que comienza en el Congreso. La igualdad salarial es un tema muy importante que nos involucra a todos de forma decisiva, ojalá los legisladores entiendan la importancia del tema. Tal vez, hasta como dice el FMI nos hace crecer en términos económicos.
Es músico y escritor. Se me ha perdido una canción (2011), Mis canciones (2014) y Seré canción entonces… (2018) son sus tres discos. Ha publicado también la novela Una tumba sin nombre (2012) y el ensayo Renta Básica Universal: Por qué y cómo terminar para siempre con la pobreza. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación (Universidad Austral, Argentina), Master en Acción Política y Participación Ciudadana (Universidad del Rey Juan Carlos, España) y Diplomado en Gestión Pública (Instituto Tecnológico de Monterrey, México). Es fundador, director y editor de la Revista Algoritmo.
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