Hace un tiempo contábamos las pruebas que Amazon estaba realizando con su pequeño robots de entregas Scout, ahora Rappi prueba robots también puntualmente en al ciudad colombiana de Medellín. La empresa ha recibido múltiples críticas por su forma de contratación y su régimen laboral pero se mantiene a tiro con las innovaciones tecnológicas. De hecho está avanzando en un plan para desarrollar una faceta fintech a través de Rappi Bank y por otro lado está evaluando la utilización de drones en países como Ecuador. En México ha lanzado Rappi Care que permite a sus empleados realizar teleconsultas y servicios de atención médica.
En este caso la prueba se hizo con robots desarrollados por la empresa colombiana Kiwibot que tienen 35 centímetros cúbicos, son rectangulares y tienen cuatro ruedas. Fue realizada en el barrio de El Poblado en la ciudad de Medellín y realizó unas 120 entregas – previa aceptación del receptor – a través de unos 15 robots especialmente desarrollados para la misma. Los pequeños utilizan el GPS, pero también inteligencia artificial, visión por computadora y aprendizaje profundo lo que les permite a través de sus sensores evaluar la mejor forma de superar un obstáculo y de hacer el camino requerido.
En este caso la prueba se hizo con robots desarrollados por la empresa colombiana Kiwibot que tienen 35 centímetros cúbicos, son rectangulares y tienen cuatro ruedas.
El impacto que la robótica tendrá en el futuro de los empleos está permanentemente en discusión. El sólo hecho de que Rappi prueba robots para sus entregas pone en alerta a los analistas que creen que la incorporación de robots terminará con miles de empleos sin generar otros alternativos. Sin embargo no todo es tan lineal, la empresa Walmart – la principal empleadora privada de Estados Unidos – ha dado marcha atrás después de probar robots en sus almacenes afirmando que si bien notaron mejoras, esas no fueron suficientes para ameritar seguir en ese camino. Los analistas tienen más dudas que certezas, por un lado las sociedades más tecnificadas – como Estados Unidos, China o Alemania – no sufren el impacto de la incorporación de la robotización o la automatización en sus índices de empleos, al contrario, generan más empleos que antes.
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