En el 2025 Samoa se transformará en el primer estado que se sustenta exclusivamente en energía renovable. La clave para conseguir este hito está en la tecnología que la empresa de Elon Musk Tesla le ofreció para conseguirlo: el almacenamiento de sus Powerback.
Uno de los grandes problemas que atraviesa el mercado de las energías renovables es el del almacenamiento frente a la generación irregular que estos recursos representan. Es decir, en la generación de energía convencional el manejo del recurso que la genera es bastante predecible. Se quema gas, o carbón u otro tipo de combustible – nuclear por caso – y se decide cuando se deja de hacerlo. En el caso de la energía solar o eólica no se pueden controlar los rayos del sol o el viento, incluso en la energía hidroeléctrica no siempre es estable el caudal de agua. Esto ha generado el principal problema: cómo sobrevivir momentos de emergencia en dónde la generación de energía entra en un momento de descenso o, por el contrario, cómo aprovechar momentos de mucha generación energética. Para eso Tesla ha desarrollado su batería Powerback que será la que permita consolidar en Samoa un sistema energético estable y consistente. La fabricación de baterías de almacenamiento podría significar, por otra parte, el aumento de la demanda mundial de Litio, un mineral en el que la Argentina tiene una oportunidad histórica.
La implementación de este sistema en este pequeño país podría abrir la puerta para desarrollarlo en mayor escala. Si sumamos la posibilidad de los usuarios residenciales de generar su propia energía e insertarlas al sistema de distribución eléctrica es probable que todas las estimaciones de los expertos respecto del tiempo de transición necesario para cambiar de sistema se queden cortos.
La demanda energética mundial promete seguir aumentando. Se calcula que hacia el 2040 aumentará en un 70 por ciento. Los recursos de gas y petróleo no convencionales han representado una revolución exponencial transformando en pocos años a Estados Unidos de uno de los principales importadores mundiales de combustibles en uno de los mayores productores. Si a esto le sumamos la permanente inversión en investigación y desarrollo que está realizando Alemania en recursos energéticos renovables el futuro de la energía podría encontrar un cauce en este tipo de desarrollos.
Para Samoa, esto representa un importante avance en la reducción del riesgo externo. Por un lado bajar los altos costos de importación de combustible que hoy todavía tiene la isla, y por otro bajar el riesgo frente a un precio internacional que – aunque por momentos se mantenga estable – suele sufrir fluctuaciones bastante decisivas para la economía mundial.
La demanda energética mundial promete seguir aumentando. Se calcula que hacia el 2040 aumentará en un 70 por ciento.
Esta no es la primera experiencia de Tesla pero si la que representa una escala mayor. La primera experiencia fue en una pequeña isla de 600 habitantes del Pacífico, perteneciente a Estados Unidos llamada T´au y tras la incorporación de 5000 paneles solares les permitió ahorra en poco tiempo miles de litros de diesel. En el caso de Samoa por ahora hay unos 5 parques solares, un parque eólico y algunas pequeñas centrales hidroeléctricas. Por el momento Tesla ha instalado dos sistemas Powerback para empezar la experimentación, hace poco tiempo este empresa construyó en Australia la batería más grande del mundo. A esta infraestructura se le suma el desarrollo de un software experimental que con el uso de Inteligencia Artificial y Machine Learning permita predecir las necesidades energéticas y poder administrarlas con la máxima eficiencia.
Veremos si esta segunda experiencia permite seguir creciendo en la escalabilidad y llevar este tipo de sistemas a países y territorios más grandes, pensando en el calentamiento global el futuro del planeta podría estar en sus manos.
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