Probablemente para muchas personas parezca ciencia ficción pero en Estados Unidos ya están utilizando implantes cerebrales para combatir adicciones entre otras cosas. La epidemia de opiacéos que vive el país del norte requiere de cada vez mayor inventiva para encontrar una solución a esta problemática que destruye vidas y familias y que ya representa más muertes que las que genera la masiva posesión de armas. Los pacientes que participarán de esta prueba piloto serán monitoreados durante los próximos dos años. El implante funciona como una especie de bypass y sólo pueden participar pacientes que no hayan podido salir de su adicción con ninguna de las técnicas tradicionales. Se les insertará un electródo de un milímetro en el área que regula el autocontrol y las adicciones, allí se estimulará y monitoreará esa área para ver si es posible bajar la necesidad de consumir la sustancia.
En Estados Unidos crece la idea de tratar estas problemáticas como lo que en definitiva son: problemas médicos y no de seguridad.
Al menos unas 180.000 personas en el mundo tienen implantes cerebrales por alguna razón en este momento. Por lo general se implantan en la superficie del cerebro o conectado a la corteza cerebral según la utilidad que se busque. La utilidad de los implantes para hacer estimulación eléctrica de partes del cerebro (también llamada estimulación cerebral profunda) afectadas por diferentes patologías – enfermedades o accidentes – ha demostrado utilidad para la rehabilitación cognitiva pero también para controlar patologías como el Mal de Parkinson.
La reflexión final acerca de este tema tiene que ver con el enfoque de las políticas públicas hacia el tratamiento de las adicciones. Mientras se despenalizan las drogas – la marihuana pero también los hongos – en algunos lugares de Estados Unidos crece la idea de tratar estas problemáticas como lo que en definitiva son: problemas médicos y no de seguridad. Si el mundo invirtiera en Investigación, Desarrollo y nuevas tecnologías médicas – como la que representan los implantes cerebrales – un porcentaje de lo que invierte en armamentos o tecnología militar focalizado en combatir el narcotráfico; probablemente morirían menos personas y seríamos mejores como sociedad a la hora de enfrentar las adicciones y por tanto la producción ilegal y el tráfico de drogas, en definitiva, si atacáramos primero la demanda y no la oferta los costos bajarían y serían menos fundamentalmente también las pérdidas humanas.
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