Cada vez es más evidente la preocupación de la clase política de los Estados Unidos respecto a la carrera por el 5G y el evidente liderazgo chino en esta materia. En ese sentido un grupo de senadores norteamericanos de ambos partidos se ha propuesto crear un fondo de unos 1250 millones de dólares para subvencionar el desarrollo de esta tecnología en occidente. Hace unos meses el propio presidente Donald Trump se acercó al cuartel general de Apple para pedirle a su presidente Tim Cook, que impulse decisivamente esta tecnología, incluso ha tuiteado en algunas oportunidades al respecto demostrando que es un tema que le preocupa. En el corazón de su pelea con Huawei se encuentra obviamente esto hasta el punto de haber acusado a la empresa de recibir subvenciones del gobierno chino para desarrollar esta tecnología – algo que está a punto de hacer el mismo Estados Unidos para generar una competencia-.
Lo verdaderamente relevante en la disputa por el 5G no es el problema de conectividad ni los nuevos servicios sino los datos y su utilización posible para el desarrollo de la Inteligencia Artificial.
Estados Unidos tiene varios problemas para desarrollar esta nueva tecnología, uno de ellos es la falta de recursos humanos capacitados para hacer el despliegue – mismo dentro del territorio norteamericano – además de los elevados costos de la tecnología per se. En el caso chino, los costos de producción son menores y las empresas tecnológicas – Huawei por caso – tienen jugosos contratos con el estado que les permiten avanzar a otra velocidad. Hace dos meses se aprobó en Estados Unidos la fusión de T-Mobile y Sprint de forma de consolidar un actor de peso global capaz de desarrollar esta tecnología, aunque el tema no está exento de polémica, esto crearía que tres grandes empresas se queden con el 90 por ciento de los servicios telefónicos móviles concentrando la oferta.
Lo verdaderamente relevante en la disputa por el 5G no es el problema de conectividad ni los nuevos servicios sino los datos y su utilización posible para el desarrollo de la Inteligencia Artificial. Estados Unidos supone que si empresas chinas logran el control de la «autopista» por la que circulan los datos eso le permitirá acumular un volumen de información y datos para desarrollar la IA y dominar el mundo. ¿Estaremos acaso ante el primer síntoma de un nuevo orden mundial? Por primera vez desde la Segunda Guerra mundial el liderazgo norteamericano pareciera estar atravesando su primer cuestionamiento de poder.
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