Hace bastante tiempo que muchos de nosotros nos hemos bajado Telegram en el teléfono y que, a pesar de que no le damos demasiado uso, vemos las notificaciones de todas las personas nuevas que se van sumando a este nuevo sistema de comunicación. Son pocas o ninguna las personas con las que interactuamos a través de este sistema sin embargo, algunos analistas empiezan a decir que este será el año en el que Telegram despegará definitivamente. Hace ya un tiempo que está creciendo sumando unos 600.000 usuarios diarios y encabeza o protagoniza los rankings de bajadas en los sitios de aplicaciones de todos los dispositivos.
El 14 de agosto de 2013, Pavel Durov y compañía lanzaban una aplicación con la premisa de que sea «segura» para comunicarse. Desde ese entonces ha ido cambiando bastante e incorporando nuevas funcionalidades. Quizás lo más importante sea que no pertenece más a una empresa sino que está manejada por una organización sin fines de lucro, lo que le da un modelo diferente a las grandes plataformas de la actualidad. Por lo pronto sabemos que – a diferencia de whatsapp – no usará nuestras conversaciones para vendernos algo en breve en Facebook o Instagram (lo que no es poco).
La función más importante es sin dudas el «chat secreto», en dónde los mensajes no solamente viajan encriptados (algo que ya hace también WhatsApp), sino que las claves de cifrado nunca abandonan los dispositivos involucrados por lo que los intermediarios (por ejemplo, Telegram) no pueden leer los mensajes de ninguna forma. Ergo, efectivamente tus conversaciones privadas, son privadas. Se puede sumar a eso la función de «autoborrado» de los mensajes en ambos teléfonos. A la hora de tener una conversación podemos elegir el tiempo que duren nuestros mensajes (1 segundo o una semana) cumplido ese período no habrá rastros. Incluso más, una función de espía secreto que permite que podamos indicar al mensajero que se elimine totalmente del teléfono si se cumple determinado tiempo sin funcionar.
Quizás lo más importante sea que no pertenece más a una empresa sino que está manejada por una organización sin fines de lucro, lo que le da un modelo diferente a las grandes plataformas de la actualidad. Por lo pronto sabemos que – a diferencia de whatsapp – no usará nuestras conversaciones para vendernos algo en breve en Facebook o Instagram (lo que no es poco).
Otras funciones interesantes son la de los supergrupos que permiten incorporar hasta 10.000 personas dentro de un grupo, la posibilidad de tener canales de comunicación unidireccionales y la posibilidad de usar gifs animados y otros contenidos gráficos de una forma mucho más potente que whatsapp. Por último, el fácil y creciente uso de los bots para dar información lo transforman en una herramienta de información, marketing y desarrollo comercial impresionante.
La función más importante es sin dudas el «chat secreto», en dónde los mensajes no solamente viajan encriptados (algo que ya hace también WhatsApp), sino que las claves de cifrado nunca abandonan los dispositivos involucrados por lo que los intermediarios (por ejemplo, Telegram) no pueden leer los mensajes de ninguna forma.
Otras ventajas: El contenido no ocupa lugar en tu teléfono sino en la nube (lo que hace tu teléfono menos lento). También podés usarlo sin notificar tu número de teléfono (tampoco vas a ver el de los demás). Telegram soporta cualquier tipo de archivo (zip, pdf, jpg, etc.), y cualquier tamaño de video (no hay límites de tiempo ni calidad). En suma, veremos si este es el año del despegue y la popularización definitiva. La creciente batalla que los medios de comunicación están emprendiendo contra Facebook (que es propietario de WhatsApp) puede acelerar también la transición. En todo caso, veremos si este año hay cambios significativos.
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