Noruega ha conseguido convertir alrededor del 50 % de sus autos en autos eléctricos. Esta hazaña obedece a múltiples decisiones, pero lo llamativo es que la realiza un país que es uno de los más grandes productores de petróleo del mundo. Es más, en otras ocasiones hemos hablado de sus fondos de inversión del excedente petrolero y que garantizan el pago de sus sistema de pensiones. El país se ha propuesto ser totalmente neutral en emisiones de carbono para el 2050 y pareciera ir bien encaminado, no en vano su capital Oslo es reconocida como una ciudad verde en dónde este año entró en vigencia un exigente plan de transporte que apunta a erradicar totalmente los automóviles en el corto plazo. Esta ciudad pretende reducir para el próximo año sus emisiones en un 50 % respecto a las que emitía en 1990.
Noruega ha conseguido convertir alrededor del 50 % de sus autos en autos eléctricos. Esta hazaña obedece a múltiples decisiones, pero lo llamativo es que la realiza un país que es uno de los más grandes productores de petróleo del mundo
Las medidas enfocadas en aumentar la presencia de autos eléctricos han sido sencillas. En primer lugar un agresivo recorte fiscal que hizo que los autos eléctricos sean más baratos que los impulsados por combustibles fósiles de forma que un Golf eléctrico valga unos 34.440 dólares, unos mil dólares más baratos que su equivalente fósil. Incluso los autos eléctricos tienen tarifas diferenciales – llegaron a no pagar – en los peajes por los beneficios de ruido y polución que generan en las ciudades. La popularidad de los autos eléctricos ha aumentado tanto que el 75 % de sus dueños ha experimentado colas para poder cargarlos.
En primer lugar un agresivo recorte fiscal que hizo que los autos eléctricos sean más baratos que los impulsados por combustibles fósiles de forma que un Golf eléctrico valga unos 34.440 dólares, unos mil dólares más baratos que su equivalente fósil.
En el caso de Oslo los automóviles – de todo tipo – ya se encuentran prohibidos en el centro de la ciudad y la idea es que terminen siendo eliminados del todo. Para esto se ha desarrollado una extensa red de ciclovías y grandes obras para reacondicionar y mejorar el transporte público, este último se encuentra alimentado por biogás producido por basura reciclada. Noruega representa sin dudas uno de los ejemplos a nivel mundial para encontrar caminos que permitan enfrentar el cambio climático con esperanza no en vano Oslo ha recibido este año el título de Capital Verde Europea.
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