Lee Jae-myung, recién electo presidente de Corea del Sur, ha puesto la renta básica universal (RBU) en el centro del debate económico global. En su anterior intento por llegar a la presidencia fue explícito defensor de una renta básica universal y su trayectoria personal, marcada por el trabajo en fábricas desde joven, alimenta un discurso político enfocado en la redistribución de la riqueza y la justicia social.
El modelo coreano y la renta básica universal
En Corea del Sur, la renta básica universal ha dejado de ser un experimento aislado para transformarse en un pilar de debate económico. Lee Jae-myung planea implementarla de forma gradual, comenzando por jóvenes y trabajadores precarios, buscando reducir la desigualdad creciente y anticipar el impacto de la automatización.
El debate internacional sobre la renta básica universal
Este modelo podría abrir la puerta a discusiones similares en países de Europa, América Latina y Asia, donde se estudian alternativas para enfrentar el desempleo tecnológico y la exclusión social. La experiencia de Corea del Sur renta básica universal se convierte así en un posible espejo para el mundo.
Desafíos y perspectivas de Corea del Sur renta básica universal
A pesar del entusiasmo, la implementación de una Corea del Sur renta básica universal enfrenta desafíos fiscales, políticos y culturales. Sin embargo, Lee Jae-myung insiste en que esta medida es clave para un nuevo contrato social en la era digital. El camino de Corea del Sur hacia una renta básica universal podría marcar el inicio de una transformación histórica del Estado de bienestar global, colocando al país asiático como referente en la discusión sobre el futuro del trabajo y la justicia social.
Perspectivas futuras
A medida que avance el mandato de Lee Jae-myung, los analistas prevén debates parlamentarios intensos y posibles modificaciones al plan de Corea del Sur renta básica universal. El seguimiento internacional será constante, con académicos y líderes políticos observando cada paso. Si Corea del Sur logra implementar un sistema sostenible de renta básica universal, podría abrir la puerta a un cambio estructural en las políticas sociales a nivel global, sirviendo como inspiración para un mundo que busca soluciones frente a los desafíos de la automatización, el envejecimiento poblacional y la concentración de la riqueza.
