En octubre Donald Trump declaró la emergencia sanitaria pública por la ola de adicción a opiáceos que sufre Estados Unidos. Ya se habla de una epidemia y una crisis de consumo de drogas opiáceas, sobretodo la heroína que encuentra su punto de partida en el 2012 por causas que nadie termina de identificar del todo. El año pasado murieron 64.000 personas en todo el país y desde el 2009 ya superan a las causadas por armas de fuego, accidentes de tránsito, suicidios y homicidios. «Esta epidemia es una emergencia de salud pública», afirmó Trump, la primera desde desde el 2009 (con el brote de la gripe aviar H1N1).
El impacto de esta catástrofe puede compararse con la que tuvo el sida, responsable de 650.000 muertes entre 1981 y 2015.
Cuáles son las causas? Son variadas, entre otras el problema es la precaria atención de los seguros médicos. Es bastante conocido el problema que la salud norteamericana experimenta por sus bajos niveles de cobertura y atención. Un ejemplo concreto, alguien con mucho dolor tiene un espasmo muscular, debería hacer unas diez sesiones de kinesiología, pero su seguro médico no lo cubriría – o si la cubre requiere autorizaciones y papeleos-, así que los médicos recetan píldoras opiáceas para calmar el dolor. Se conoció que los médicos japoneses trataban el dolor agudo con opiáceos en el 47% de los casos, en comparación con el 97% en EE.UU. Las píldoras opiáceas generan adicción, la gente se vuelve adicta y muere de sobredosis. Este tipo de analgésicos debería usarse moderadamente para recuperarse después de cirugías o para ayudar a pacientes con enfermedades terminales para soportar el dolor. Es conocido que generan adicción y tolerancia y la sobremedicación es sumamente peligrosa.
Estados Unidos es país que más pastillas consume en el mundo y las compañías farmacéuticas han multiplicado por cuatro sus ventas en la última década.
Se ha identificado al Fentanilo como una de las drogas causantes de la epidemia. Su poder analgésico y anestésico es 50 veces más fuerte que la heroína y eso pareciera volverlo adictivo para todos aquellos que están aquejados por algún dolor. El Fentanilo – sobretodo el ilegal – procede de China y se calcula que el kilo puede llegar a comercializarse en el mercado negro de EEUU a un valor que va entre los 40.000 y los 80.000 dólares.
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