En 1921 Estonia consiguió por primera vez el reconocimiento mundial como país y pudo entrar a la Sociedad de Naciones, apenas un año antes se había independizado. Sin embargo en 1940 Stalin tomó control definitivo sobre Estonia incorporándola a la URSS hasta que recuperó su independencia en 1991. Después de 5 años complicados a causa de pasar del comunismo a un sistema capitalista muy abierto – privatizaciones, apertura a importaciones, etc – se decidieron lanzar en 1996 el proyecto Tiigrihüpe para informatizar las escuelas y mejorar el acceso de la población a la tecnología.
Estonia no solamente elige a través del voto electrónico a sus parlamentarios sino también a sus presidentes. En el año 2014 se transformó en el primer E-Stado al convertirse en el primer país del mundo en ofrecer la ciudadanía virtual por la módica suma de 100 euros. Cuando se independizó de la Unión Soviética apenas la mitad de la población tenía línea telefónica y hoy tiene todas sus escuelas, sus dependencias públicas y hospitales conectadas a internet y se jacta de que todo trámite estatal se puede realizar online a excepción de tres cosas: casarse, divorciarse y comprar una casa. Se puede votar en una computadora, las recetas médicas y las historias clínicas son digitales y un alto porcentaje de la economía está bancarizada y por tanto totalmente digitalizada.
Después de 5 años complicados a causa de pasar del comunismo a un sistema capitalista muy abierto – privatizaciones, apertura a importaciones, etc – se decidieron lanzar en 1996 el proyecto Tiigrihüpe para informatizar las escuelas y mejorar el acceso de la población a la tecnología.
La cuestión de la ciudadanía virtual no debe confundirse con los derechos políticos que otorga una nacionalidad. No te ofrecen el pasaporte Estonio ni te vuelven ciudadano europeo (son miembros de la Unión Europea desde 2004 y tienen euro desde 2011) sino que funciona como una especie de residencia virtual (pueden empezar a tramitarla aquí). Algo que te permite constituir una empresa – por eso aumentan el número de emprendedores – y acceder al mundo europeo pagando una presión impositiva bastante menor a la media europea que está en el orden del 20 %. Ya son más de 21.000 personas las que la tienen y el proyecto de máxima es poder llegar a 10.000.000 (en un país de 1.5 millón de habitantes) para el 2025.
Estonia tiene una pujante industria tecnológica en la cual se destaca Skype, pero también es importante en otros sectores como la exportación de casas de madera, sin embargo cada vez más su perfil productivo tecnológico se incrementa. Desde el 2013 tiene el record mundial de start ups por persona, muchas más per cápita que el mismo Silicon Valley o Israel. Transferwise, Pipedrive, Cloutex, Click & Grow, GrabCAD, Erply, Fortumo o Lingvis son algunas otras de sus exitosas compañías.
La ciudadanía virtual te permite constituir una empresa – por eso aumentan el número de emprendedores – y acceder al mundo europeo pagando una presión impositiva bastante menor a la media europea que está en el orden del 20 %. Ya hay más de 21.000 personas las que la tienen y el proyecto de máxima es poder llegar a 10.000.000 (en un país de 1.5 millón de habitantes) para el 2025.
En el 2007 sufrió un demoledor ciberataque ruso que la dejó aislada de todo el mundo y prácticamente inoperativa. Este hecho generó que la OTAN instalara allí su Centro de Excelencia Cooperativa de la Ciberseguridad y hacer un desarrollo profundo de la tecnología «blockchain» para impedir que les robaran los datos y el dinero y tomar la delantera en una de las herramientas qué dicen, puede cambiar para siempre la noción de capital y por tanto revolucionar (o acabar con) el capitalismo. Gracias a esta experiencia también entendieron la necesidad de cuidar los datos de sus ciudadanos y a esos efectos abrirán la primera Embajada de Datos del mundo, con sede en Luxemburgo.
Desde el año 2000 sus reuniones de gabinete no usan papel, las empresas pueden armarse en un día y la solicitud de residencia digital afirman que toma 18 minutos y apenas 5 minutos la declaración de impuestos. Durante los años 2002 y 2004 se llevó adelante un intenso programa de capacitación para todos los adultos de Estonia llamado Vaata maailma y que, financiado en gran medida por el sector privado, capacitó cerca del 10 % de la población adulta en el uso de las nuevas tecnologías. A pesar de eso, casi la mitad de las personas mayores a 65 años no tienen un uso habitual de internet lo que los deja excluídos digitalmente y por tanto con un vínculo débil con el estado.
El anterior primer ministro, Taavi Rõivas tenía 38 años y fue sucedido por el actual primer ministro, Jûri Ratas de apenas 39, lo que consolida una dirigencia política bastante joven. Estonia se muestra como la república de avanzada y un ejemplo para muchos países latinoamericanos, capaces de saltearse el capitalismo convencional y sumergirse en la política y la economía del futuro.
Es músico y escritor. Se me ha perdido una canción (2011), Mis canciones (2014) y Seré canción entonces… (2018) son sus tres discos. Ha publicado también la novela Una tumba sin nombre (2012) y el ensayo Renta Básica Universal: Por qué y cómo terminar para siempre con la pobreza. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación (Universidad Austral, Argentina), Master en Acción Política y Participación Ciudadana (Universidad del Rey Juan Carlos, España) y Diplomado en Gestión Pública (Instituto Tecnológico de Monterrey, México). Es fundador, director y editor de la Revista Algoritmo.
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