El científico chino He Jiankui fue condenado hace algunas semanas a tres años de prisión y a una multa de 430.000 dólares por haber infligido las normas científicas que regulan la utilización de la tecnología CRISPR en la edición del genoma humano. Él mismo sorprendió al mundo entero en noviembre del 2018 cuando afirmó haber creado las dos primeras gemelas – Lulu y Nana – editadas genéticamente y libres del virus del HIV. La tecnología CRISPR con la que realizó la edición fue descubierta en el año 2012 por las investigadoras bioquímicas Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier, que revolucionaron la edición genética a través de la utilización de la proteína Cas9 para editar el ADN. Sin embargo no hay conocimiento de otra experiencia de edición del ADN humano que la de He Jiankui quién fue condenado por la justicia china a tres años de prisión precisamente por eso.
Hay quiénes sugieren que el gobierno chino tiene un doble estándar, mientras por un lado sanciona a científicos como He Jiankui por otro es quién pareciera estar financiando este tipo de estudios e iniciativas.
La tecnología CRISPR avanza a una velocidad inaudita y el valor ha bajado considerablemente al punto de que cualquier persona inquieta puede comprar un kit por comercio electrónico y realizar modificaciones de ADN cuyas consecuencias son inimaginables. Hay cientos de videos en internet acerca de cómo editar el ADN de diferentes animales e incorporarle cualidades increíbles como peces que brillan en la oscuridad. Hace poco también un grupo de científicos encontró la forma de que ratones del mismo sexo tengan crías a través de esta tecnología.
He Jiankui sin embargo es un enigma, la sanción final no pareciera ser significativa para la utilización de una tecnología cuyas consecuencias podrían ser la de terminar con la raza humana tal y como la conocemos. Hay quiénes sugieren que el gobierno chino tiene un doble estándar, mientras por un lado sanciona a científicos como He Jiankui por otro es quién pareciera estar financiando este tipo de estudios e iniciativas. La dificultad más importante que este tema es que la tecnología CRISPR se va volviendo cada vez más accesible y la forma de controlarlo, aún desde los estados nacionales o las entidades supranacionales, pareciera una tarea imposible. ¿Estará el futuro de la raza humana en manos de cualquier hijo de vecino? Pareciera ser que sí.
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