Joshua Wong tiene 23 años y es sin dudas uno de las personas a las que más teme la superpotencia China. Wong nació y vive en Hong Kong y fundó a los 15 años «Escolarismo», una agrupación de estudiantes secundarios que se opusieron a la reforma educativa que quiso impulsar Beijing en Hong Kong. A tal punto es la preocupación que si uno busca «Joshua Wong» en los buscadores de internet desde China continental la búsqueda no arrojará ningún resultado, está prohibida, los medios oficiales chinos como el «Global Times» se refieren a él usualmente como «Traidor». A fines del año pasado se le prohibió participar de las elecciones municipales por su afirmación de búsqueda del «derecho de autodeterminación» y fue encarcelado ya en varias oportunidades.
Actualmente es Secretario General del partido pro hongkonés Demosisto y fue uno de los líderes de la Revolución de los paraguas, un hecho político en el 2014 que concentró 3 meses de manifestaciones y que se llamó así porque los manifestantes se cubrían de los gases lacrimógenos con ese objeto y que consiguió oponerse al esquema electoral que proponía Beijing en el que los ciudadanos de Hong Kong tenían que votar sólo a candidatos avalados y aprobados por China continental. Antes, con apenas 15 años en el año 2011 había fundado «Escolarismo» y obligado al gobierno chino a retroceder en su reforma educativa que buscaba imponer la «Educación Moral y Nacional».
A tal punto es la preocupación que si uno busca «Joshua Wong» en los buscadores de internet desde China continental la búsqueda no arrojará ningún resultado, está prohibida, los medios oficiales chinos como el «Global Times» se refieren a él usualmente como «Traidor»
Joshua Wong es una pesadilla recurrente que se opone a los planes de dominio de China sobre Hong Kong y que ha obtenido cada vez más relevancia internacional, por caso ha sido portada de la revista Time, la revista Fortune lo eligió como uno de los líderes más importantes del mundo y en el 2017 Netflix estrenó un documental sobre su figura: «Joshua: Adolescente vs. Superpotencia». Su última batalla contra el régimen chino consistió en oponerse a la ley de extradición a la que Beijing tuvo que renunciar después de largas protestas en las que los manifestantes usaron rayos láser para evitar ser identificados por el sistema de reconocimiento facial que aterra a muchos luchadores por los derechos humanos del mundo. Esto junto con el sistema de «Crédito Social» son dos de las más polémicas iniciativas a las que los ciudadanos de Hong Kong se oponen y que prometen seguir generando potentes discusiones entre esta isla rebelde y la China continental.
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