En un proceso que tomó varios años el Ministerio de Salud de Perú se puso de acuerdo con el Congreso y eligieron el modelo de etiquetado que se aplica en Chile para implementar su ley para combatir la obesidad infantil.
La obesidad infantil es un drama importante al que muchos sectores de la política todavía no dimensionan. La Organización Mundial de la Salud ya habla de Pandemia y afirma que unos 42 millones de niños tienen sobrepeso a nivel mundial, el 80 % en países en desarrollo. Argentina por su parte, según la última encuesta de salud escolar estimó que el exceso de peso en adolescentes entre 13 y 15 años fue de 28,6% (sobrepeso 22,7% y obesidad 5,9%).
Hace unos 4 años Perú sancionó una ley que estipula entre otras cosas la prohibición de realizar publicidad a menores de 16 años de comida chatarra u otras comidas que contengan grasas trans, también prohíbe el uso de juguetes para incentivar compra (lo que hace Mac Donalds con su cajita feliz, por ejemplo), promueve la actividad física, la creación de kioscos saludables en los establecimientos educativos, también incorpora la alimentación saludable como una materia escolar a incorporar en la cuadrícula y obliga a las empresas a incorporar un etiquetado muy explícito sobre los valores nutricionales.
La Organización Mundial de la Salud ya habla de Pandemia y afirma que unos 42 millones de niños tienen sobrepeso a nivel mundial, el 80 % en países en desarrollo. Argentina por su parte, según la última encuesta de salud escolar estimó que el exceso de peso en adolescentes entre 13 y 15 años fue de 28,6% (sobrepeso 22,7% y obesidad 5,9%).
Este último punto generó bastante discusión. Un sector prefería el etiquetado que se aplica en Ecuador que consiste en un semáforo que explicita con los tres colores (verde, amarillo y rojo) respecto al contenido de azúcar, grasas y sal que cada alimento tiene. Este sistema parece más sencillo y simple, accesible a cualquier persona – incluso analfabetos – pero tiene en contra que el verde puede ser interpretado, no ya como algo que afirma niveles razonables de algo sino como algo saludable. Esta fue una de las principales razones para que la Organización Mundial de la Salud, entre otros organismos, impugnaran el uso de este etiquetado y se inclinaran por el modelo chileno, el que finalmente se aplicó en Perú.
Este modelo de etiquetado es con octógonos negros que indican «Alto en…» y aquello en lo que el alimento es excesivo o no recomendable. En un primer momento se evaluó la posibilidad de dotar al etiquetado de colores – en una especie de modelo intermedio – pero fue descartado por lo confuso que podía resultar. En Perú, la obesidad infantil ya afecta a 1 de cada 4 niños.
Es muy importante que los países latinoamericanos tomen conciencia de esta grave problemática. En Argentina hay varias leyes presentadas, incluso el año pasado se llevó adelante un evento en la cámara de diputados. El presidente Macri, si bien ha identificado el tema, no ha impulsado ninguna medida, al contrario, en la reciente discusión impositiva amagó con gravar las bebidas azucaradas (el 40 por ciento de la azúcar de más consumida está en las bebidas) pero finalmente se arrepintió sobre la base de la presión de la industria alimenticia.
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