En Estados Unidos los medios y los empresarios ya hablan de «La Gran renuncia» para describir esta situación en la que al menos 4,3 millones de norteamericanos renuncian a sus empleos. Aunque el fenómeno es más explícito en Estados Unidos también está sucediendo en Europa y en China. En este último país cada vez faltan más empleados para la industria tecnológica y en Alemania, por ejemplo, al menos un tercio de las empresas manifiestan dificultades para conseguir trabajadores para determinados empleos.
Este mes en Estados Unidos han crecido sistemáticamente las huelgas en todo el país para exigir aumentos salariales de cara a la inflación que se está viendo y cuyo final no se ve claro. Sumado a la emisión monetaria que impulsa un boom de consumo y eso genera escasez de bienes de todo tipo y empuja los precios de los bienes para arriba. También los aumentos salariales exigidos y al falta de mano de obra empujan sobre la inflación. Por último también hay un indudable componente de tipo existencial en dónde las personas evitan o renuncian a los empleos localizados – en desmedro de aquellos que permiten teletrabajar – y exigen sueldos más altos para hacer esos trabajos. Algunos analistas adjudican este mayor poder de negociación a las transferencias directas de dinero – como el Crédito por hijos impulsado por Biden – que están levantando el valor de los salarios más bajos. De hecho es famosa una conferencia de prensa en dónde el presidente Biden contestó a la pregunta: «¿No encuentran trabajadores? Páguenles más».
Aunque el fenómeno es más explícito en Estados Unidos también está sucediendo en Europa y en China. En este último país cada vez faltan más empleados para la industria tecnológica y en Alemania, por ejemplo, al menos un tercio de las empresas manifiestan dificultades para conseguir trabajadores.
Por otro lado el hecho de que tantas personas renuncian a sus empleos impacta directamente en un aumento del costo laboral y la falta de mano de obra están impulsando fuertemente la robotización del trabajo. Hoy es posible conseguir un robot mesero por unos 1000 dólares por mes, el mismo costo que tiene un mozo humano. A medida que los costos de los robots sigan bajando y los sueldos sigan subiendo es probable que la robotización deje de ser algo de ciencia ficción y se vuelva algo bastante cotidiano, de hecho se espera que el año próximo sea el año de la robotización de la fuerza laboral.
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