La Ciudad de San Francisco ha lanzado un novedoso programa piloto para evaluar una renta básica de 1000 dólares otorgada durante seis meses a un grupo de 130 artistas de la ciudad. La propuesta tiene por un lado la intención de palear los evidentes costos del COVID 19 en la vida cultural de la ciudad pero también evaluar hasta qué punto permitir que los artistas puedan concentrarse en su actividad puede producir importantes beneficios para el ecosistema que habitan. Muchas ciudades de Estados Unidos están experimentando con diferentes propuestas de ingresos garantizados después de los optimistas resultados de la experiencia de Stockton en dónde los participantes no sólo trabajaron más horas sino que mejoraron sus ingresos al poder capacitarse y acceder a mejores empleos.
La alcalde London Breed ha dicho que: “Las artes son verdaderamente críticas para nuestra economía local y son una parte esencial de nuestra recuperación a largo plazo. Si ayudamos a que las artes se recuperen, las artes ayudarán a San Francisco a recuperarse», definiendo que esto es una de las prioridades de su gestión. El sector cultural supo generar unos 40.000 empleos en la ciudad y un volumen de negocios en el orden de los 1410 millones de dólares. Lo que busca este piloto es ayudar en la reactivación de uno de los sectores económicos más golpeados por la pandemia y acelerar su recuperación.
El sector cultural supo generar unos 40.000 empleos en la ciudad y un volumen de negocios en el orden de los 1410 millones de dólares.
Los artistas podrán postularse desde el 25 de marzo hasta el 15 de abril y, de resultar elegidos, empezarán a recibir su primer pago antes del 21 de mayo durante seis meses hasta octubre del 2021. Durante ese tiempo serán monitoreados por la alcaldía para poder realizar un informe sobre el impacto que una política de estas características tiene en sus vidas y en el desarrollo de sus actividades artísticas y culturales. El debate sobre la utilidad de las políticas de transferencias directas de ingresos – como la renta básica universal o la asignación universal por hijo – ha crecido a nivel mundial a partir de las medidas de auxilio durante la pandemia y parecen imponerse a futuro, cuando la humanidad tenga que rediscutir el nuevo estado de bienestar.
Es músico y escritor. Se me ha perdido una canción (2011), Mis canciones (2014) y Seré canción entonces… (2018) son sus tres discos. Ha publicado también la novela Una tumba sin nombre (2012) y el ensayo Renta Básica Universal: Por qué y cómo terminar para siempre con la pobreza. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación (Universidad Austral, Argentina), Master en Acción Política y Participación Ciudadana (Universidad del Rey Juan Carlos, España) y Diplomado en Gestión Pública (Instituto Tecnológico de Monterrey, México). Es fundador, director y editor de la Revista Algoritmo.
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