En una decisión novedosa y revolucionaria la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en Inglés) aprobó y autorizó el uso en suelo estadounidense de un algoritmo que puede anticipar muertes repentinas vinculadas a problemas cardiorespiratorios.
Esta nueva plataforma llamada Clínica WAVE, que podrá ser usada en los hospitales, monitorea determinados sistemas vitales de los pacientes y va transmitiendo información a los sistemas conectados de forma remota. Ante determinadas combinaciones de números, el sistema está capacitado para predecir con seis horas de anticipación episodios (ataques cardíacos o respiratorios) que de otra forma eran prácticamente impredecibles.
La Inteligencia Artificial promete revolucionar la medicina humana. Hay quiénes se animan a pronosticar que este tipo de desarrollos abaratara los sistemas de salud de todo el mundo volviéndolos nuevamente rentables. Recordemos que a nivel mundial la esperanza de vida se prolonga y los costos médicos se multiplican sin que esté clara la forma de financiamiento que el actual sistema pueda enfrentar. Este tipo de «medicinas preventivas» podrían bajar los costos desarrollando todo una estrategia de anticipación que revolucionaría la forma en la que cuidamos nuestra salud. Imaginemos el suceso que significaría poder tratar un cáncer que recién comienza sobre la base de un monitoreo online de nuestras células, multiplicaría las posibilidades de éxito de la curación de una forma contundente.
Esta nueva plataforma llamada Clínica WAVE, que podrá ser usada en los hospitales, monitorea determinados sistemas vitales de los pacientes y va transmitiendo información a los sistemas conectados de forma remota, ante determinadas combinaciones de números, el sistema está capacitado para predecir con seis horas de anticipación episodios (ataques cardíacos o respiratorios) que de otra forma eran prácticamente impredecibles.
Con el uso de estas tecnologías se prevé reducir significativamente la cantidad de muertes en este tipo de situaciones. Se calcula que mueren alrededor de unas 400 mil personas anualmente en hospitales por episodios de este tipo y es posible que haya un cambio sustantivo en esta estadística a partir del uso generalizado de esta tecnología. WAVE examina los signos vitales del paciente, tomando entre otros la frecuencia cardíaca y respiratoria, la presión arterial y la temperatura corporal. Muchos de estos datos aislados no son decisivos a la hora de pensar un pronóstico, pero sus múltiples combinaciones – sumado a una base de datos de miles de pacientes – permiten encontrar constantes que ayudan a predecir con certeza el desarrollo de una situación médica específica.
La Inteligencia Artificial promete revolucionar la medicina humana. Hay quiénes se animan a pronosticar que este tipo de desarrollos abaratara los sistemas de salud de todo el mundo volviéndolos nuevamente rentables. Recordemos que a nivel mundial la esperanza de vida se prolonga y los costos médicos se multiplican sin que esté clara la forma de financiamiento que el actual sistema pueda enfrentar. Este tipo de «medicinas preventivas» podrían bajar los costos desarrollando todo una estrategia de anticipación que revolucionaria la forma en la que cuidamos nuestra salud.
La empresa que lo desarrollo se llama Excell Medical y se especializa en el desarrollo de este tipo de sistemas con sus aplicaciones (dicen estar trabajando en algo similar capaz de predecir la septicemia). WAVE funciona de forma remota y puede instalarse en tabletas, teléfonos celulares y corre a través de internet, por lo que el monitoreo se puede hacer desde cualquier lado.
Es músico y escritor. Se me ha perdido una canción (2011), Mis canciones (2014) y Seré canción entonces… (2018) son sus tres discos. Ha publicado también la novela Una tumba sin nombre (2012) y el ensayo Renta Básica Universal: Por qué y cómo terminar para siempre con la pobreza. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación (Universidad Austral, Argentina), Master en Acción Política y Participación Ciudadana (Universidad del Rey Juan Carlos, España) y Diplomado en Gestión Pública (Instituto Tecnológico de Monterrey, México). Es fundador, director y editor de la Revista Algoritmo.
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