“México y Estados Unidos hoy (ayer) se comprometen a fortalecer y ampliar nuestra cooperación bilateral para fomentar el desarrollo económico y aumentar la inversión en el sur de México y en Centroamérica, para crear una zona de prosperidad”, dijo el flamante Canciller mexicano Marcelo Ebrard a los medios de comunicación. Sin dudas la caravana de migrantes centroamericanos que aún se agolpa a la frontera norteamericana obtuvo con estas declaraciones un primer triunfo político en lo que pareciera insinuar un cambio de perspectiva para enfrentar la migración centroamericana.
Estados Unidos se compromete a invertir entre 4500 y 5800 millones de dólares para reformas institucionales y desarrollo económico con la intención de hacer una América Central más segura y próspera y detener el éxodo y la migración centroamericana. La propuesta recuerda al Plan Marshall, aquel plan que permitió reconstruir la Europa de post guerra y que fue decisivo para enfrentar el comunismo. El plan está focalizado en el sur de México y en El Salvador, Guatemala y Honduras, tres de los cuatro países más pobres de la región. Nicaragua, por ahora ha sido excluída evidentemente por su actual situación política.
Sin dudas la caravana de migrantes centroamericanos que aún se agolpa a la frontera norteamericana obtuvo con estas declaraciones un triunfo político.
La Corporación de Inversión Privada en el Extranjero (OPIC) aportará hasta 2500 millones de dólares – se sumarán a los 1000 millones que lleva invertidos en el último año – y financiará proyectos comercialmente viables que presenten empresas norteamericanas que quieran llevar adelante proyectos de inversión. Por otra parte la Millennium Challenge Corporation aportará 320 millones de dólares.La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y el Departamento de Estado aportarán unos 1800 millones más y la Administración de Trump pedirá unos 180 millones adicionales para aportar en el próximo ejercicio fiscal. Por último la misma OPIC sumará unos 2000 millones de dólares a invertir en el sur de México en proyectos de empresas norteamericanas. Esto último fue considerada un triunfo de Andrés Manuel López Obrador en su negociación con Trump respecto al rol de México en la contención y administración de los flujos migrantes.
La propuesta recuerda al Plan Marshall, aquel plan que permitió reconstruir la Europa de post guerra y que fue decisivo para enfrentar el comunismo. El plan está focalizado en el sur de México y en El Salvador, Guatemala y Honduras, tres de los cuatro países más pobres de la región.
«México y los Estados Unidos liderarán el trabajo con socios regionales e internacionales para construir una Centroamérica más próspera y segura, y así abordar las causa subyacentes de la migración», afirma con claridad la declaración conjunta que leyó el Secretario de Relaciones Internacionales Mexicano y que abren la posibilidad de que el mundo empiece a discutir el problema de los flujos migratorios de otra manera que la clásica mirada xenófoba que pareciera imponerse en la discusión europea y que representa un primer giro en la política de Muros de Donal Trump.
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