La carismática Alexandría Ocasio Cortez está revolucionando la política norteamericana, ahora con la presentación del «Green New Deal» junto al senador Ed Markey, una especie de programa de gobierno para cambiar de raíz los Estados Unidos y que le está dando nuevos aires al partido demócrata.
Naturalmente inspirada en el New Deal, la política intervencionista de Franklin Delano Roosvelt que sirvió para enfrentar la Gran Depresión norteamericana a través de un activo papel estatal en el desarrollo de infraestructura y obra pública en los Estados Unidos. Este programa desarrollado entre 1933 y 1938 y tuvo múltiples políticas públicas entre las que siempre se recuerda con particular interés al «Cuerpo Civil de Protección Medioambiental», un ente que dio empleo a miles de desempleados sembrando árboles y construyendo represas. El foco de esta última medida tenía que ver con crear empleo para que el consumo reactivara la economía. En este último punto el Green New Deal encuentra inspiración.
Si bien los Estados Unidos están atravesando un momento de pleno empleo la crítica creciente tiene que ver con la calidad de esos empleos. Tanto ahí – como en Francia con los llamados «Chalecos Amarillos» – la protesta consiste en personas que tienen un empleo pero a pesar de eso no llegan a procurarse los gastos necesarios para vivir. Si bien hay mucho empleo, muchos de esos trabajos son «basura». La reconversión del sistema energético norteamericano precisaría de un número importante de empleos y la acción del estado generándolos podría permitir poner en marcha la postergada batalla por el cambio climático. De hecho, en estas semanas en Europa la activa participación de los jóvenes en el tema está revolucionando la situación política, para el próximo 15 de marzo se espera una marcha multitudinaria en muchas de sus ciudades, la lideran jóvenes que todavía están en la escuela secundaria.
Este programa desarrollado entre 1933 y 1938 y tuvo múltiples políticas públicas entre las que siempre se recuerda con particular interés al «Cuerpo Civil de Protección Medioambiental», un ente que dio empleo a miles de desempleados sembrando árboles y construyendo represas.
Las propuestas del Green New Deal pueden resumirse en reemplazar los combustibles convencionales para 2030, implementar una garantía federal de empleo, modernizar y volver sustentables todos los edificios administrativos y gubernamentales de los Estados Unidos, reacondicionar el transporte con trenes de alta velocidad ecológicos; y por último proporcionar atención universal de salud.
Obviamente las críticas de los republicanos fueron feroces, las más livianas acusaron a los demócratas de intentar transformar Estados Unidos en un país socialista, otras utilizando mucha ironía. El presidente Donald Trump por caso usó su twitter para afirmar graciosamente: «Creo que es muy importante que los Demócratas presionen con su Green New Deal. Sería grandioso para la llamada «Huella de Carbono» eliminar permanentemente Aviones, Autos, Vacas, Petróleo, Gasolina y al Ejército – incluso si ningún otro país hace lo mismo. ¡Brillante!».
La reconversión del sistema energético norteamericano precisaría de un número importante de empleos y la acción del estado generándolos podría permitir poner en marcha la postergada batalla por el cambio climático.
En todo caso el «Green New Deal» pareciera ser parte de una agenda nueva, más ambiciosa que la izquierda mundial comienza a articular frente a los procesos políticos de ultraderecha populista. Hacer un mundo más sustentable pareciera ser parte de la agenda de las nuevas generaciones y el partido demócrata norteamericano ha descubierto que si quiere volver a conquistar el poder, es necesario apelar a ellos y a sus intereses.
Es músico y escritor. Se me ha perdido una canción (2011), Mis canciones (2014) y Seré canción entonces… (2018) son sus tres discos. Ha publicado también la novela Una tumba sin nombre (2012) y el ensayo Renta Básica Universal: Por qué y cómo terminar para siempre con la pobreza. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación (Universidad Austral, Argentina), Master en Acción Política y Participación Ciudadana (Universidad del Rey Juan Carlos, España) y Diplomado en Gestión Pública (Instituto Tecnológico de Monterrey, México). Es fundador, director y editor de la Revista Algoritmo.
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