La empresa Microsoft ha probado en Japón su programa «Work Life Choice Challenge» con el cuál la empresa cerró durante todo el mes de agosto sus oficinas el día viernes. De esta forma durante todo un mes los empleados de la multinacional trabajaron un día menos cada semana probando los efectos de una semana laboral de 4 días. Esta política es impulsada en alguna medida por el gobierno a través de su programa «Premium Friday» en el que estimula a los trabajadores a cortar el viernes antes para combatir el Karoshi, un fenómeno que consiste en la muerte o el suicidio de las personas a causa del exceso de trabajo y que ya representa para Japón un desafío de salud pública.
Si bien es evidente que las horas trabajadas fueron menos la productividad, según la empresa, dio un salto de 40 por ciento. Esta última observación es difícil de objetivar del todo. Evidentemente los trabajadores «arrastraban» una productividad determinada, pero el margen es tan amplio que es evidente que la productividad de una persona que trabaja menos horas podría aumentar. Además de cortar un día la semana laboral el departamento de recursos humanos sugirió reducir reuniones (y que estas no fueran de más de 30 minutos) y utilizar el mensajero interno para resolver temas pendientes evitando juntarse en lo posible.
Los beneficios podrían ser múltiples en términos de mejoramiento de la calidad de vida, redistribución del ingreso (el salario no se vería afectado de forma que representaría una especie de aumento salarial de 20 por ciento), menor impacto ambiental, aumento de productividad y menor gasto de salud pública en stress y otras patologías asociadas al trabajo.
Más del 90 por ciento de los 2300 empleados de Microsoft Japón declararon sentirse afectados positivamente por lo sucedido. Otro impacto importante fue el ahorro energético, cada vez más crece la idea de combatir el cambio climático reduciendo las emisiones que generan los días laborales – significativamente más altas que los días feriados – y que podría ser una razón complementaria para impulsar estas políticas.
La semana laboral de cuatro días es un debate que crece a nivel mundial en foros sindicales, políticos y empresariales. Los beneficios podrían ser múltiples en términos de mejoramiento de la calidad de vida, redistribución del ingreso (el salario no se vería afectado de forma que representaría una especie de aumento salarial de 20 por ciento), menor impacto ambiental, aumento de productividad y menor gasto de salud pública en stress y otras patologías asociadas al trabajo.
Es músico y escritor. Se me ha perdido una canción (2011), Mis canciones (2014) y Seré canción entonces… (2018) son sus tres discos. Ha publicado también la novela Una tumba sin nombre (2012) y el ensayo Renta Básica Universal: Por qué y cómo terminar para siempre con la pobreza. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación (Universidad Austral, Argentina), Master en Acción Política y Participación Ciudadana (Universidad del Rey Juan Carlos, España) y Diplomado en Gestión Pública (Instituto Tecnológico de Monterrey, México). Es fundador, director y editor de la Revista Algoritmo.
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