El 19 de noviembre del 2014 después de años de luchas de un grupo de padres el Congreso Nacional sancionó la ley 27.043 en dónde se declara de interés nacional el abordaje integral e interdisciplinario de las personas que presentan Trastornos del Espectro Autista. Esa ley sin dudas fue un triunfo y el reconocimiento de los derechos de las personas con TEA sin embargo, desde aquel entonces ha quedado sin reglamentar.
La ley sufre el problema de las famosas «leyes cortas». A veces, cuando el Congreso recibe una demanda ciudadana, para sacarse la presión de encima, dicta leyes cortas, más bien generales y le pasa la pelota al poder Ejecutivo para que las reglamente. Una primera aclaración acerca del funcionamiento de nuestro estado de derecho. Las leyes son sancionadas por el Congreso – diputados y senadores – o por decretos del poder Ejecutivo. Una vez que una ley sale sancionada por el Congreso esa ley debe ser reglamentada – la letra chica y la forma específica de aplicación de la ley – por parte del poder Ejecutivo. Esto no fue hecho por Cristina Fernández de Kirchner durante todo el 2015 y tampoco por Mauricio Macri en todos estos años, ergo, los niños con Trastornos del Espectro Autista tienen una ley, pero que como no está reglamentada, se incumple sistemáticamente.
Lo que termina sucediendo es que no se hacen los censos ni los estudios estadísticos pertinentes demandados por la ley, no se aplican políticas públicas nacionales para promover la detección temprana y las obras sociales y las prepagas discuten la cobertura de cada uno de los tratamientos que estos chicos tienen que llevar adelante – muchas veces perdiendo tiempo valiosísimo en la primera infancia para mejorar la evolución del trastorno – y la mayoría de las veces los padres tienen que recurrir a la vía legal para conseguir que se cumplan los derechos de sus hijos.
Esto no fue hecho por Cristina Fernández de Kirchner durante todo el 2015 y tampoco por Mauricio Macri en todos estos años, ergo, los niños con Trastornos del Espectro Autista tienen una ley, pero que como no está reglamentada, se incumple sistemáticamente.
Ojalá la manifestación de hoy 2 de abril, Día Mundial de Concientización sobre el Autismo conmuevan a alguien de Presidencia o conmueva al Presidente o a la Secretaría Legal y Técnica o a algún funcionario de la actual Secretaría de Salud y entienda la gravedad de la situación de miles de niños que en la Argentina no tienen su derecho a la salud garantizado. Todos sabemos que en este tipo de trastornos cuanto antes se actúe es decisivamente mejor, ojalá lo entienda la política también.
Es músico y escritor. Se me ha perdido una canción (2011), Mis canciones (2014) y Seré canción entonces… (2018) son sus tres discos. Ha publicado también la novela Una tumba sin nombre (2012) y el ensayo Renta Básica Universal: Por qué y cómo terminar para siempre con la pobreza. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación (Universidad Austral, Argentina), Master en Acción Política y Participación Ciudadana (Universidad del Rey Juan Carlos, España) y Diplomado en Gestión Pública (Instituto Tecnológico de Monterrey, México). Es fundador, director y editor de la Revista Algoritmo.
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