Dicen que cuando en el siglo XVIII Suiza comenzó a transformarse en un centro financiero Voltaire acuñó la frase: “Si ve que un banquero suizo salta por la ventana, salté también. Seguro hay dinero a ganar”. Como sea este pequeño país se ha ido transformando en los últimos años en el Silicon Valley de las Criptomonedas, puntualmente su cantón Zug, cuya Crypto Valley Association – respaldada por el gobierno suizo – está desarrollando el ecosistema ideal en el que ya habitan la mayor cantidad de empresas de cripto del mundo.
La historia del amor entre Suiza y las Criptomonedas comenzó en el 2013 cuando se creó Bitcoin Suisse un intermediario financiero criptográfico. Desde ese entonces Suiza ha ido desarrollando legislación y promoviendo a través de la baja de impuestos la radicación de empresas especializadas en el desarrollo de criptomonedas volviéndose rápidamente el líder mundial al punto de que muchos municipios de este país admiten el pago de impuestos a través de criptomonedas.
Como sea este pequeño país se ha ido transformando en los últimos años en el Silicon Valley de las Criptomonedas, puntualmente su cantón Zug, cuya Crypto Valley Association – respaldada por el gobierno suizo – está desarrollando el ecosistema ideal en el que ya habitan la mayor cantidad de empresas de cripto del mundo.
La situación de las criptomonedas a nivel mundial genera muchas dudas y encontramos por todos lados partidarios y detractores por igual. La polémica consiste básicamente en su funcionamiento independiente de los bancos centrales de los países y la poca capacidad de control y regulación que los estados nacionales pueden ejercer sobre ellas. Por caso, el bitcoin se controla por sus mismos usuarios y no admite ningún tipo de intervención por parte de los estados. Esto también les ha valido una reputación negativa porque han sido usadas para actividades poco claras o abiertamente ilegales como el micro tráfico de drogas como el caso de Silk Road, la red del infra internet en el que se comerciaban todo tipo de artículos ilegales – drogas, armas, etc. – fundamentalmente con bitcoin.
Entre otras medidas, Suiza ha establecido hace un año una regulación consistente que regula la emisión de criptomonedas y establece bases regulatorias para impulsar su desarrollo. Estas medidas van en un sentido totalmente a las decisiones tomadas por China o Corea del Sur que han prohibido el funcionamiento de billeteras virtuales o mismo los Estados Unidos que prohibieron la compra de Criptomonedas a través de tarjetas de crédito después de comprobar un 1 por ciento de endeudamiento en este tipo de activos.
La polémica consiste básicamente en su funcionamiento independiente de los bancos centrales de los países y la poca capacidad de control y regulación que los estados nacionales pueden ejercer sobre ellas. Por caso, el bitcoin se controla por sus mismos usuarios y no admite ningún tipo de intervención por parte de los estados.
La única experiencia estatal de emisión de Criptomoneda ha sido el Petro Venezolano que en principio fracasó más a causa de las condiciones políticas y económicas del país caribeño antes que por la criptomoneda en sí misma. Estonia, el país más digital del mundo, abandonó un proyecto de lanzar su propia moneda por presión del Banco Central Europeo. Países como Rusia o Emiratos Árabes se encuentran evaluando el lanzamiento de una nueva moneda cripto y países como Japón o Uruguay están estudiando preliminarmente el tema. Lo cierto es que muchos analistas sostienen que no habría ninguna diferencia entre una criptomoneda lanzada por un estados y la moneda tradicional que emiten, la única diferencia sería que sería más segura y ofrecería la posibilidad de tener trazabilidad total sobre la economía, lo que permitiría eliminar la evasión impositiva, la corrupción, la extorsión y el crimen en líneas generales porque el estado podría monitorear la trayectoria de toda moneda emitida.
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