El turismo en Europa está experimentando un verano explosivo más allá de las previsiones por la inflación, el hecho de que las aerolíneas hayan en algunos casos triplicado los precios habituales o el impacto que está teniendo esto en la economía. El hecho es que no se ve una retracción en los viajes sino al contrario, incluso hay quienes hablan del fenómeno como «Turismo Venganza» en contraposición a los años anteriores de aislamiento Covid o la turismofobia que empezaba a gestarse antes de la pandemia a causa del aumento del precio de los alquileres en algunas ciudades.
Los viajes aéreos alcanzan el 65 % de lo que eran en la pandemia en un crecimiento explosivo que se espera consolide una tendencia. En Italia los números de este verano ya han alcanzado los niveles del 2019 pre pandemia y se calcula que unos 28 millones de italianos se moverán entre junio y septiembre gastando más de 40.000 millones de euros en múltiples rubros. En España el sector turístico espera cerrar el año con una facturación 141.681 millones de euros, lo que significará el 92% de lo recaudado en 2019 pero más del doble que el año 2020. El gasto por turista será récord, unos 1275 euros por turista, un 6 por ciento más que en el año 2019. El turismo internacional hacia España también se recupera y ya está en apenas un 14 por ciento menos que la pre pandemia, unas 22,7 millones de personas visitaron el país en los primeros cinco meses de 2022, siete veces más que en el mismo periodo de 2021.
En España el sector turístico espera cerrar el año con una facturación 141.681 millones de euros, lo que significará el 92% de lo recaudado en 2019 pero más del doble que el año 2020
El Turismo en Europa sorprende a los mismos empresarios del sector que pensaban que se iban a necesitar al menos 3 o 4 años para recuperar los niveles y ven que de mantenerse este ritmo es probable que el año próximo pueda marcar un nuevo récord. Este boom también está trayendo problemas importantes respecto a la falta de trabajadores, muchos de los despedidos durante la pandemia no han querido volver a sus trabajos y la alta demanda de turistas está complejizando el funcionamiento de hoteles, aerolíneas y restaurantes que no han podido recuperar aún su fuerza de trabajo.
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