City4Age es una increíble iniciativa que se está llevando a cabo en 6 ciudades – 5 de ellas europeas- y que consiste en tener un especial cuidado por los mayores de 65 años que habitan esos lugares a través del monitoreo de sus datos. El proyecto está siendo llevado a cabo por un consorcio de universidades y organizaciones – desde el Consorcio de Transporte de Madrid hasta la Universidad de Pavia – y es financiado por la Comisión Europea bajo su programa «Horizonte 2020».
Hay en Europa unos 96 millones de personas mayores de 65 años, lo que representa ya casi el 20 por ciento de la población. A excepción de que haya una incorporación masiva de inmigrantes – cosa que en principio no pareciera del todo posible, aunque no inviable – el porcentaje de población de personas que vivirán en las ciudades europeas superará ampliamente un cuarto de los habitantes en pocos años. La problemática del envejecimiento de la población está motivando importantes procesos en todo el mundo, hace poco hablábamos sobre el desarrollo de robots que promueve el gobierno de Japón para cuidar sus ancianos.
El Programa City4Age se lleva a cabo en: Atenas, Madrid, Lecce, Montpellier, Birminghan y Singapore como la única ciudad no europea del grupo. La iniciativa consiste en la recopilación y el uso de datos geolocalizados recogidos a través de teléfonos inteligentes, tarjetas de transporte público, dispositivos como pulseras inteligentes y cualquier otro tipo de interacción estatal para detectar tempranamente cualquier tipo de aparición de síntoma de deterioro mental y proceder a una eficaz intervención.
Hay en Europa unos 96 millones de personas mayores de 65 años, lo que representa ya casi el 20 por ciento de la población. A excepción de que haya una incorporación masiva de inmigrantes – cosa que en principio no pareciera del todo posible, aunque no inviable – el porcentaje de población de personas que vivirán en las ciudades europeas superará ampliamente un cuarto de los habitantes en pocos años.
En el caso de detectar algún tipo de anomalía el monitoreo puede ser más específico. El proyecto insiste en la idea de que la recopilación de datos se hace con estricta privacidad, aunque siempre este tema pueda causar algún tipo de polémica. Como sea emitimos datos en cada uno de nuestros movimientos ciudadanos y en base a esta realidad es que se han establecidos las llamadas «Smart Cities» o «Ciudades inteligentes» que, a través de estos datos hacen nuestra vida más sencilla y la organización ciudadana más eficiente.
Cada una de estas 6 ciudades desarrolla una política específica con un objetivo particular. En el caso de la ciudad de Birminghan la población mayor a 65 años es más del 25 por ciento y el objetivo propuesto es promover la actividad social y mental de sus adultos mayores para dotarlos de mayor independencia y autonomía. Es sabido que las interacciones sociales son muy importantes a los efectos de mantener un cerebro activo y sano. A partir de la recopilación de datos en teléfonos y pulseras inteligentes intentan evaluar los patrones de sueño, la movilidad de la persona para detectar una escasa sociabilidad – en el caso de que se mantenga en su domicilio mucho tiempo – y promover a la persona a salir de su casa. También proponen objetivos de sueño cuando detectan que una persona no duerme lo suficiente, «Ahora proponte dormir 10 minutos más», nos dirá un mensaje en ese caso.
En Madrid la población elegida son los mayores de 80 años, un 8 por ciento de la población más mayor. A través de los teléfonos inteligentes y la conectividad a la red de wifi de transportes pública la intención es detectar la movilidad de los adultos mayores con objetivos similares a los de Birminghan. En este caso la intervención pensada puede ser un mensaje que te incite a visitar a tus hijos y celebre que lo hagas.
A partir de la recopilación de datos en teléfonos y pulseras inteligentes intentan evaluar los patrones de sueño, la movilidad de la persona para detectar una escasa sociabilidad – en el caso de que se mantenga en su domicilio mucho tiempo – y promover a la persona a salir de su casa. También proponen objetivos de sueño cuando detectan que una persona no duerme lo suficiente, «Ahora proponte dormir 10 minutos más», nos dirá un mensaje en ese caso.
No sólo Europa está preocupada con la recolección de datos y su posterior utilización en la elaboración y gestión de las políticas públicas de salud. En Rusia, German Klimenko – el asesor especial en temas de Internet del Presidente Putin – ha llegado a plantear la posibilidad de desarrollar un sistema público de detección temprana de cáncer basado en chips insertados en sus ciudadanos que envíen información en tiempo real y permitan detectar cualquier anomalía.
Como sea es posible que cada vez más se desarrollen políticas públicas en las ciudades a través de los datos que emitimos. Veremos también cómo evoluciona la jurisprudencia vinculada a la privacidad de los datos, su uso y su seguridad en un mundo en el que cada vez queda menos espacio para estar anónimo o desaparecido de la nube.
Es músico y escritor. Se me ha perdido una canción (2011), Mis canciones (2014) y Seré canción entonces… (2018) son sus tres discos. Ha publicado también la novela Una tumba sin nombre (2012) y el ensayo Renta Básica Universal: Por qué y cómo terminar para siempre con la pobreza. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación (Universidad Austral, Argentina), Master en Acción Política y Participación Ciudadana (Universidad del Rey Juan Carlos, España) y Diplomado en Gestión Pública (Instituto Tecnológico de Monterrey, México). Es fundador, director y editor de la Revista Algoritmo.
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