Austria se ha convertido en el primer país europeo que prohíbe el uso del herbicida Glifosato comercializado bajo el nombre de RoundUp por parte de la multinacional Monsanto. El parlamento austríaco votó el martes pasado su prohibición impulsada por el Partido Socialdemócrata: «Es nuestra responsabilidad prohibir este veneno de nuestro medio ambiente», declaró su líder Pamela Rendi-Wagner en un comunicado. A fines del año pasado, la Canciller alemana Angela Merkel declaró en el parlamento de su país que la era del glifosato está terminando sugiriendo que este año comenzaría a vetarse su uso.
La medida austríaca es extraordinaria porque Monsanto fue adquirido por la poderosísima empresa alemana Bayer en junio del 2018. A partir de esa adquisición la justicia norteamericana comenzó a dar la razón a algunas de las demandas presentadas contra el Round Up y su posible vinculación con el cáncer. En este último año han habido unas cuatro sentencias contra Monsanto lo que abre la puerta a cientos de demandas más (se calcula que unas 13.000 personas estaría en condiciones de litigar) que se encuentran en etapa investigativa y que podrían significar reparaciones multimillonarias contra la empresa. El caso austríaco es importante porque podría abrir la puerta para una prohibición a nivel europeo.
La medida austríaca es extraordinaria porque Monsanto fue adquirido por la poderosísima empresa alemana Bayer en junio del 2018. A partir de esa adquisición la justicia norteamericana comenzó a dar la razón a algunas de las demandas presentadas contra el Round Up y su posible vinculación con el cáncer.
A fines el año pasado la Unión Europea prorrogó el uso de glifosato por cinco años más – hasta el 2022 – después de firmar un acuerdo que si bien fue rechazado por nueve países tuvo el acuerdo de la mayoría. A pesar de esto países como Alemania ya han emprendido un plan que para que sus agricultores suspendan el uso de este y otros pesticidas. Se supone que después de los estudios de la Organización Mundial de la Salud que en el 2015 indicaron que el glifosato era probablemente cancerígeno la cantidad de países que veten su uso crezca en el corto plazo.
En América Latina la situación acerca del uso del glifosato es preocupante, fundamentalmente en Argentina y Brasil sus mayores usuarios. Si bien ha habido varios municipios argentinos – y la provincia de Chubut – que prohibieron su uso – fundamentalmente la fumigación aérea – tanto el presidente Macri como la gobernadora María Eugenia Vidal (cuyo ministro de agricultura fue gerente de Monsanto y promovió una polémica disposición que habilitaba a fumigar establecimientos escolar) han reivindicado su uso desconociendo los más de 800 trabajos científicos que confirman su nocividad y el peligro de su uso. En el caso de Brasil después de un primer fallo que lo prohibió el año pasado a principios de este año el gobierno presentó unos polémicos estudios acerca de su seguridad y volvió a habilitar su uso.
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