Más de 20 distritos escolares en todo Estados Unidos se han unido a una demanda colectiva contra las empresas tecnológicas que administran las redes sociales responsabilizándolas de una pandemia de salud mental en la población escolar de adolescentes y pre adolescentes. La demanda compara lo que está sucediendo con el uso de las redes sociales y la salud mental de los jóvenes con lo que fue la época dorada de la industria tabacalera. En aquel entonces se publicitaba el cigarrillo sin reparos ni regulaciones. En la actualidad se supone que las redes sociales usan mecanismos de manipulación psicológica – para mantener a los usuarios conectados – que hacen que cada adolescente pase en promedio unas 7,2 horas diarias.
En la actualidad se supone que las redes sociales usan mecanismos de manipulación psicológica – para mantener a los usuarios conectados – que hacen que cada adolescente pase en promedio unas 7,2 horas diarias.
La salud mental de los jóvenes no es la única comprometida por el uso de las redes sociales. Se ha documentado que existe una adicción a las redes sociales que se manifiesta como una dependencia psicológica del uso excesivo de las redes sociales y tiene un impacto negativo en la vida de una persona. Algunos de los comportamientos más habituales son la necesidad constante de revisar las notificaciones, la incapacidad de desconectarse de las redes sociales, el uso excesivo que interfiere con la vida cotidiana y las relaciones interpersonales, y una sensación de ansiedad o malestar cuando se intenta dejar de usar las redes sociales.
El primer distrito escolar que comenzó con esto fue el de Seattle, aunque rapidamente se unió el distrito de California y varios más. Las aplicaciones señaladas son TikTok, Instagram, Facebook, YouTube y Snapchat y la acusación no sólo incluye los mecanismos de manipulación psicológica que utilizan para retener su audiencia sino también la exposición de estos adolescentes a contenidos tóxicos y nocivos. Las autoridades escolares afirman que ven una pandemia de salud mental que los ha obligado a contratar más personal especialista en el tema y que notan con claridad un aumento significativo de la ansiedad, la depresión, los trastornos alimenticios y el acoso cibernético. No es la primera vez que las redes son señaladas en este sentido, hace un tiempo Instagram tuvo que responder duras acusaciones en el Reino Unido por el suicidio de una niña y hasta su CEO se entrevistó con el Secretario de Salud del Reino Unido para aclarar aquella situación.
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