En Abril la presidenta del FMI, Georgina Georgieva anunció que tanto el Fondo como el Banco Mundial están trabajando en el diseño de swaps verdes con la intención de incorporar la dimensión ambiental a los planteos estrictamente economicistas a los que los organismos multilaterales nos tienen acostumbrados. De esta manera se busca articular los planes de alivio de deuda con las inversiones necesarias para reconvertir los países y hacer el mundo más sustentable.“Vamos a trabajar con el Banco Mundial y para la COP26 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) avanzaremos en esa opción”, ha dicho Georgieva esperando poder hacer esta propuesta en el mes de noviembre.
Para Argentina esto es muy importante porque sus principales acreedores son todos «deudores ambientales», es decir países que están lejos de cumplir los objetivos ambientales a los que se han comprometido y que todavía tienen una importante tarea por delante. Según un reciente estudio de la Universidad de Cambridge la Argentina, en cambio, ha sido sindicada como uno de los tres países que se pueden denominar de «acreedores ambientales», es decir que aportan positivamente al cambio climático a diferencia de los países desarrollados. En este sentido se espera que los swaps verdes puedan permitir aliviar las deudas de los países en vías de desarrollo a través de un canje de deuda por activos ambientales. Las perspectivas que la jefa del Fondo tiene respecto de esta herramienta es la posibilidad de acelerar acciones contra el cambio climático en un mundo que le cuesta encontrar la vuelta. De hecho es evidente la importancia que la agenda ambiental ha ganado en la agenda multilateral con otro de los actores importantes en este sentido: el gobierno de los Estados Unidos.
En este sentido se espera que los swaps verdes puedan permitir aliviar las deudas de los países en vías de desarrollo a través de un canje de deuda por activos ambientales.
En definitiva se espera que en noviembre se presenten los swaps verdes del FMI aunque habrá que esperar la opinión de los países acreedores y su voluntad de participar de este mecanismo. Se espera que la Argentina puede ser beneficiada, ya sea a través del canje de una parte de su deuda en bonos verdes, la reducción de tasas en base a objetivos ambientales o a través de herramientas que permitan desarrollar todo el potencial que sectores como las energías renovables tienen por delante en el país.
Es músico y escritor. Se me ha perdido una canción (2011), Mis canciones (2014) y Seré canción entonces… (2018) son sus tres discos. Ha publicado también la novela Una tumba sin nombre (2012) y el ensayo Renta Básica Universal: Por qué y cómo terminar para siempre con la pobreza. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación (Universidad Austral, Argentina), Master en Acción Política y Participación Ciudadana (Universidad del Rey Juan Carlos, España) y Diplomado en Gestión Pública (Instituto Tecnológico de Monterrey, México). Es fundador, director y editor de la Revista Algoritmo.
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