La epidemia global de diabetes que está experimentando el mundo desarrollado en general y Estados Unidos en particular ha abierto la discusión en el Estado de California acerca de la necesidad de producir la propia insulina estatal de forma de bajar los precios y garantizar el acceso a este medicamento imprescindible para tratar personas con diabetes. Hoy el precio de la insulina varía entre 300 y 400 dólares y ha sufrido aumentos en los últimos meses, un monto que los 4 millones de californianos diagnosticados con diabetes deben desembolsar todos los meses. Se calcula que 1 de cada 4 no puede pagarla y por lo tanto no está tratada. Las personas con diabetes en Estados Unidos son 29 millones de personas y por segundo año consecutivo las muertes por diabetes superaron las 100.000 personas en lo que parece ser una epidemia disparada por la pandemia, el sedentarismo y la mala alimentación.
La propuesta del gobernador Gavin Newsom consiste en una primera etapa subcontratar una planta para que la produzca mientras el estado construye para el año próximo su propia planta de fabricación con normas farmacéuticas. La producción pública de medicamentos es una medida habitual que se toma en muchos países del mundo – incluso en niveles estatales o municipales – comprendiendo que el acceso a medicamentos de calidad es parte también del acceso a la salud y que no hay una sin lo otro. Los medicamentos habitualmente tienen un costo alto de investigación y desarrollo y por eso muchas veces tienen montos muy elevados, la intervención pública es bastante habitual, tanto en el subsidio de investigaciones como en el involucramiento del actor estatal en la investigación, en la producción y hasta en la distribución de medicamentos.
Las personas con diabetes en Estados Unidos son 29 millones de personas y por segundo año consecutivo las muertes por diabetes superaron las 100.000 personas en lo que parece ser una epidemia disparada por la pandemia, el sedentarismo y la mala alimentación.
La progresión que imaginan los expertos es ciertamente preocupante, si no se revierte esta tendencia al menos 1 de cada 3 adultos tendrán diabetes en algún momento de su vida. Hace tiempo vienen advirtiendo que si no hay una modificación sustancial de hábitos es probable que la mitad de los adultos experimenten obesidad hacia 2030.
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